La salud física es sumamente importante, y esto lo enseñó el Señor en Doctrina y Convenios sección 89.
Además, Él nos ha alentado a ejercitar y fortalecer nuestras mentes mediante el conocimiento y la inteligencia, tal como lo señala en Doctrina y Convenios 130:18-19.
Es por ello que debemos usar la lógica, el sentido común y la razón para aprender, tomar decisiones y aplicar la verdad en todos nuestros días.
Sin embargo, el presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, nos ha enseñado:
“Todos sabemos que el criterio humano y el razonamiento lógico no serán suficientes para obtener respuestas a las preguntas más importantes de la vida.
Necesitamos revelación de Dios; y precisaremos no sólo una revelación en épocas de estrés, sino un flujo continuamente renovado.
Necesitamos no sólo un destello de luz y consuelo, sino la bendición continua de comunicación con Dios”.
Esto nos da a entender que la razón en sí no nos ayudará totalmente a discernir los asuntos espirituales. Para ello, debemos confiar en la revelación a través del espíritu, tal como enseñó Pablo en su epístola a los Corintios (1 Corintios 2:14).
Asimismo, Jacob, el hermano de Nefi, enseñó la gran importancia que tiene el espíritu en nuestra vida, sobre todo para poder discernir la verdad del error:
“El Espíritu habla la verdad, y no miente. Por tanto, habla de las cosas como realmente son, y de las cosas como realmente serán”. (Jacob 4:13)
Si deseas entender cómo te puede hablar el espíritu y la relación que tiene con nuestros sentidos y nuestra razón, lee el artículo completo dando clic en el siguiente enlace aquí.