El relato del diluvio en Génesis 6 ha intrigado a creyentes y no creyentes por igual. ¿Cómo pudo un Dios amoroso destruir a casi toda la humanidad?
Aunque no lo parezca, el diluvio fue un acto de amor y en este artículo exploraremos la razón.
@masfe.org Aunque no lo parezca, el diluvio universal fue un acto de amor. Dios no permitió que sus hijos sigan sumando más condenación sobre sus cabezas al negarles la opción de pecar aún más y al mismo tiempo le dio a las nuevas generaciones por venir un nuevo inicio alejado de tanta maldad. Y tú, ¿Qué piensas sobre este suceso tan trascendental en la historia de la humanidad? #diluvio #noe #biblia #historiasdelabiblia #cristianos #sabiasque #opinion #cristianostiktok #cristianoshablan #sud #iglesiadejesucristo
Lo que sabemos
En Génesis 6 se menciona que durante los días de Noé la maldad era tan grande en la Tierra que los pensamientos de todos los hombres eran obrar el mal de manera constante.
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le pesó en su corazón…
Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”.
Es por eso que Dios decidió mandar el diluvio, para poder erradicar a esa generación tan perversa.
Pero ojo, eso no quiere decir que Dios simplemente haya dicho “ok, estas personas ya se pasaron, las voy a borrar del mapa para siempre”. Él llamó a Noé para que predicara el arrepentimiento a esas personas, para que así puedan evitar ese destino tan fatídico.
Y lo que es más, se estima que Noé estuvo predicando alrededor de 100 años antes de que el diluvio se llevara a cabo.
“Y aconteció que Noé profetizó y enseñó las cosas de Dios, aun como fue en el principio.
Y el Señor dijo a Noé: No luchará mi Espíritu con el hombre para siempre, porque él ha de saber que toda carne morirá; sin embargo, serán sus días ciento veinte años, y si los hombres no se arrepienten, mandaré las aguas sobre ellos”. – Moises 8: 16-17
¿Justicia y misericordia?
Ahora, ¿cómo un Dios amoroso podría plantearse tal decisión en primer lugar?
Aunque a primera vista pueda parecer una acción cruel, es crucial comprender que Dios no actuó de forma impulsiva o vengativa.
Aquella decisión nació de un acto de amor de Dios porque de esa manera les impidió a esas personas tan perversas pecar mucho más de lo que ya habían pecado, de esta manera les impidió beber más condenación de la que ya habían bebido por sus propios actos.
Al mismo tiempo en Su justicia y misericordia, Dios no podía enviar a más de Sus hijos e hijas espirituales a nacer en familias llenas de odio y enseñanzas tan perversas, porque eso significaba condenar de manera inmediata a las nuevas generaciones a vivir de la misma manera inicua a causa de la formación y el entorno que los rodeaba.
Entonces, la solución más justa, misericordiosa y llena de amor sería limpiar la Tierra para asegurar que la nueva familia de la humanidad sea una familia justa.
De esta manera, los hijos de Dios tendrían la elección de obrar el bien o el mal habiendo sido bien instruidos por buenos padres.
Un nuevo comienzo
Contrario a la idea de un Dios frío y calculador, el libro de Moisés describe cómo Dios lloró por sus hijos que perecerían en el diluvio.
Cuando Enoc le preguntó a Dios cómo era posible que Él, quien es Rey de todo lo que existe en el universo, llorara, Dios mismo le contestó:
“He allí a estos, tus hermanos; son la obra de mis propias manos, … y a tus hermanos he dicho, y también he dado mandamiento, que se amen el uno al otro, y que me prefieran a mí, su Padre, mas he aquí, no tienen afecto y aborrecen su propia sangre… por tanto, ¿no han de llorar los cielos, viendo que estos han de sufrir?”
Finalmente, Dios hizo la siguiente promesa:
“No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre, porque la intención del corazón del hombre es mala desde su juventud; ni volveré más a destruir a todo ser viviente, como he hecho”. -Génesis 8:21
El relato del diluvio nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de Dios, Su justicia, Su misericordia y Su amor. También nos enseña que Dios se preocupa profundamente por Sus hijos y siempre busca lo mejor para ellos.
Y tú, ¿qué piensas sobre este suceso tan trascendental en la historia de la humanidad?