La congregación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el condado de Lake, Illinois, tiene miembros de seis continentes.
La fotógrafa Anna Rasmussen ha estado en muchos barrios a lo largo de los años, pero algo sobre la representación global en esta congregación de Chicagoland le pareció especialmente especial.
“Mi esposo está en la Armada, así que hemos viajado mucho y vivido en muchos lugares diferentes. Pero por alguna razón, tener este único barrio donde hay representación de todos amplificó el amor de Dios de una manera que es difícil de verbalizar.”
Así que Anna recurrió a su herramienta favorita para capturar la belleza divina: su cámara. Pasó un año visitando a los miembros del barrio y tomando sus retratos, y el proyecto resultó en una representación impresionante de cómo todos somos necesarios en el cuerpo de Cristo.
Más que un símbolo artístico, el proyecto recordó a Anna y a su familia del barrio la importancia divina de honrar las diferencias y crear unidad.
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Anna ganó un testimonio más fuerte de que Dios nos ve individualmente y puede encontrarnos donde estamos. Créditos: Anna Rasmussen
En diciembre de 2023, Anna estaba visitando a Lou, una hermana de su barrio, cuando una sensación poderosa la invadió. Aunque las dos mujeres no tienen mucho en común en apariencia, Anna sintió un profundo sentido de hermandad en ese momento.
“Lou es de Filipinas, y la forma en que decora su casa es tan diferente a la mía. Pero se veía tan hermosa sentada en su sofá con la luz de la ventana entrando, y tuve este momento de amor por ella y un sentimiento del amor de Dios por ella y quería capturar su belleza.”
Cuando Anna regresó a su casa esa noche, el pensamiento seguía regresando a su mente: Ve de nuevo y toma una foto de Lou.
Anna comenzó a tener más impulsos para fotografiar a los miembros de su barrio. Créditos: Anna Rasmussen
Así que Anna le ofreció tomar su retrato, junto con fotos individuales de los miembros de la familia de Lou. Lou estaba emocionada con la idea y eligió usar un vestido floral que representaba su herencia.
En los meses siguientes, Anna comenzó a tener más impulsos para fotografiar a los miembros de su barrio.
“Empecé a darme cuenta de que esto estaba convirtiéndose en algo más grande. En ese momento, comencé a obtener los permisos de modelo para que el proyecto pudiera seguir adelante según lo viera el Señor.”
Dios nos encuentra donde estamos
Varios miembros del barrio se acercaron a Anna para agradecerle por capturar a la mujer una última vez. Créditos: Anna Rasmussen
Era importante para Anna capturar a las personas en sus hogares, pero hacerlo presentaba desafíos logísticos.
El barrio Gurnee 1st está en constante evolución, con miembros que se mudan debido a estudios, asignaciones militares y cambios de carrera. La congregación recibe un par de nuevos conversos cada mes.
Ir a las casas de las personas también requería tiempo y planificación adicionales. Los límites del barrio abarcan una amplia área geográfica, que abarca 30 minutos de tiempo de viaje de este a oeste y de norte a sur, respectivamente.
Pero al acercarse a las personas del barrio, algunas de las cuales solo asisten a las reuniones sacramentales ocasionalmente, Anna ganó un testimonio más fuerte de que Dios nos ve individualmente y puede encontrarnos donde estamos.
Ir a las casas de las personas también requería tiempo y planificación adicionales. Créditos: Anna Rasmussen
Por ejemplo, una familia le dijo a Anna que les encantaría participar, pero no se sentían como miembros «lo suficientemente buenos» para ser incluidos. Ella recuerda:
“Vi a esta familia en la iglesia y les dije, ‘Los veo aquí en la iglesia. Sé que aman a Jesús. ¿Puedo tomar sus retratos en este salón ahora mismo?’. Aceptaron, y estoy muy feliz de que estén en él.”
Otra mujer estaba cerca del final de su vida cuando Anna tomó su retrato, y ella finalmente falleció unos meses después. Varios miembros del barrio se acercaron a Anna para agradecerle por capturar a la mujer una última vez.
“La gente realmente se sintió tan agradecida de ser incluida. En la Iglesia, sabemos la importancia de cada nombre. Y como artista visual, también tomar su foto y que ellos sepan, ‘No solo tu nombre está registrado en los registros de la Iglesia, sino que yo registré tu retrato,’ eso fue especial e importante para ellos.”
A través del lente del amor
Más que nada, Anna espera que este proyecto ayude a las personas a reconocer el amor que Dios tiene por todos Sus hijos. No importa nuestra cultura, origen, estado civil o edad, cada uno de nosotros tiene un lugar en el cuerpo de Cristo.
Como enseñó el élder Karl D. Hirst en una conferencia general reciente:
“El amor de Dios es donde, como círculos en un diagrama de Venn, todos nos superponemos. Cualesquiera que sean las partes de nosotros que parezcan diferentes, Su amor es donde encontramos la unidad.”
Y Anna cree que podemos fomentar esta unidad a medida que aprendemos y honx|ramos las historias de los demás.
“Lo más grande que diría que he aprendido es escuchar, y realmente siento que lo he aprendido de los miembros de mi barrio. Las personas de todo el mundo solo quieren compartir su historia y que alguien les diga, ‘Te veo, te escucho. Te amo’.
A través de mis retratos, espero ayudar a otros a ver a cada individuo tal como Dios los ve. Porque cuando vemos a los demás como Él lo hace, no podemos evitar amarlos”.
Fuente: LDS Living
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