A menudo, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se enfrenta a críticas y teorías conspirativas que cuestionan su origen y presencia en Estados Unidos.
Algunos afirman erróneamente que la Iglesia es incluso una herramienta del gobierno estadounidense para tener alcance global o que sus misioneros son espías para sus agencias de inteligencia.
Para entender la razón por la que Dios permitió que Su Iglesia se restaurara en este país, es importante comprender el contexto histórico y religioso de la época.
La libertad religiosa en Estados Unidos
@masfe.org Aunque muchos realizan teorías conspirativas acerca de porqué la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se organizó en EEUU, la verdad es que esto sucede porque en el siglo XIX esa era la única nación en la cual las condiciones eran ideales para restaurar el evangelio de Jesucristo debido a la constitución política de dicho país. Y, aunque eso no hizo que las cosas sean sencillas para los primeros miembros de la iglesia, las promesas hechas a esos fieles hoy se pueden ver. ¿Sabías acerca de esto? #historia #iglesiadejesucristo #iglesia #sabiasque #mormon #sud #masfe #restauracion #cristianos #josesmith
Un factor crucial que se debe destacar es que la Iglesia se organizó en 1830 en Estados Unidos, un país que ya valoraba la libertad religiosa.
La Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, redactada en 1787, garantizó la libertad de religión y expresión de sus pobladores, protegiendo a las personas de la interferencia del gobierno en sus creencias.
A diferencia de otros países europeos de la época, como Francia, que experimentaban conflictos religiosos y políticos, Estados Unidos ofrecía el entorno propicio para el florecimiento de diversas religiones.
En 1821, cuando José Smith era un joven de 14 años que buscaba la verdad religiosa, este contexto de libertad religiosa era fundamental.
¿A qué Iglesia debía acudir?
Ante la confusión generada por las diferentes denominaciones cristianas de la época, José Smith decidió orar a Dios para discernir cuál era la iglesia verdadera.
De acuerdo con José Smith—Historia 1, sabemos:
“Porque a pesar del gran amor expresado por los conversos de estas distintas creencias en el momento de su conversión, y del gran celo manifestado por los clérigos respectivos, que activamente suscitaban y fomentaban este cuadro singular de sentimientos religiosos —a fin de lograr convertir a todos, como se complacían en decir, pese a la secta que fuere— sin embargo, cuando los conversos empezaron a dividirse, unos con este partido y otros con aquel, se vio que los supuestos buenos sentimientos, tanto de los sacerdotes como de los conversos, eran más fingidos que verdaderos; porque siguió una escena de gran confusión y malos sentimientos —sacerdote contendiendo con sacerdote, y converso con converso— de modo que toda esa buena voluntad del uno para con el otro, si es que alguna vez la abrigaron, se había perdido completamente en una lucha de palabras y contienda de opiniones”.
Dicha confusión creó en José una inmensa agitación, por lo que se dispuso a buscar la verdad, quería saber a qué Iglesia acudir, quién tenía la verdad y quién podría salvar su alma.
En respuesta a su ferviente súplica, experimentó la Primera Visión, en la que Dios le reveló que ninguna de las iglesias existentes era la correcta y que en el futuro recibiría instrucciones para restaurar la iglesia original establecida por Jesucristo.
“Vi una columna de luz, más brillante que el sol, directamente arriba de mi cabeza; y esta luz gradualmente descendió hasta descansar sobre mí…
Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción. Uno de ellos me habló, llamándome por mi nombre, y dijo, señalando al otro: Este es mi Hijo Amado: ¡Escúchalo!
Se me contestó que no debía unirme a ninguna, porque todas estaban en error; y el Personaje que me habló dijo que todos sus credos eran una abominación a su vista; que todos aquellos profesores se habían pervertido; que “con sus labios me honran, pero su corazón lejos está de mí; enseñan como doctrinas los mandamientos de los hombres, teniendo apariencia de piedad, mas negando el poder de ella”. –José Smith—Historia 1: 16-17; 19
La restauración de la Iglesia
Para 6 de abril de 1830, con alrededor de 25 años, José Smith reunió la cantidad mínima necesaria de fieles y organizó oficialmente La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Fayette, Nueva York, Estados Unidos.
La libertad religiosa protegida por la Constitución estadounidense permitió que este evento trascendental se llevara a cabo.
Sin embargo, esta libertad no garantizó un camino fácil para la Iglesia. A pesar de dicha protección legal, los primeros miembros enfrentaron persecución y hostilidad por parte de sus vecinos y comunidades.
En múltiples ocasiones fueron expulsados de sus hogares y obligados a huir dejando atrás sus tierras y posesiones.
¿Te imaginas cuánto más difícil hubiera sido para los primeros Santos si la Iglesia hubiera sido restaurada en un país donde los derechos y la libertad estaban restringidos en esa época?
Tal como el Señor preparó a ese país para la restauración de Su evangelio, Él también preparó a las personas para participar de Sus obras.
Es importante reconocer que la restauración de la Iglesia en Estados Unidos, no fue una estrategia para manipular o controlar a las personas. La búsqueda de la verdad y el deseo de seguir al Señor Jesucristo siempre fueron los motores que impulsaron a José Smith.
En la actualidad, esta visión no ha cambiado, la Iglesia tiene el mismo deseo de acercar a todos los hijos e hijas de Dios al Padre Celestial al invitarlos a venir a Cristo y ayudarlos a que reciban Su evangelio restaurado, se arrepientan, se bauticen, reciban el don del Espíritu Santo y perseveren hasta el fin (Predicad Mi Evangelio).
Si deseas saber más o tienes alguna duda sobre La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, compartelo en los comentarios que con gusto responderé todas tus inquietudes.