Pregunta:
Soy gay. No me atraen las mujeres en absoluto. No me voy a casar con alguien por quien no siento ninguna atracción, solo para arruinar también su vida; me parece cruel hacerlo. También es natural para nosotros emparejarnos. No quiero quebrantar los mandamientos de Dios, pero ¿es justo que tenga que vivir toda mi vida solo y sin nadie? ¿Cómo puedo sentirme feliz, completo y amado?
John
Respuesta:
Querido John,
Lamento mucho que tengas que enfrentar este desafío en la vida. Creo que Cristo puede y tomará todas nuestras penas y dolores, y los transformará en gozo y paz en la próxima vida. Creo que, pase lo que pase aquí, diremos: “Valió la pena”. Lo creo con todo mi corazón. Y también lo creo para ti.
Creo, por la forma en que has planteado tu pregunta, que entiendes la dirección que nuestros líderes nos han dado sobre este asunto. Me gustaría aclararlo para otros lectores. Ser gay no es un pecado. Sin embargo, actuar según esos sentimientos sí lo es. Para más información sobre esto, te recomiendo leer esta información que aparece en el sitio web oficial.
Creo que quieres guardar los mandamientos, pero estás mirando hacia adelante, a 60 años más de celibato (más o menos) y sientes desesperación sobre cómo lograrlo. No creo que, como heterosexual, yo sea la mejor persona para intentar responder a esa pregunta. Trato de escuchar y entender cuando amigos me hablan de sus experiencias siendo gay y Santo de los Últimos Días, pero no puedo saber realmente cómo es.
Creo que sería más útil para ti hablar con otros que estén enfrentando los mismos desafíos. Quizás uno de ellos tenga algunas respuestas que te brinden más orientación y tranquilad..
Mientras tanto, comparto el video de mi buen amigo Julio Ospina donde comparte su emotiva y esperanzadora experiencia.
John, nunca olvides que fue el Señor quien te pidió esto, así que acude a Él. Derrama tu corazón… sí, incluso tu enojo. ¿En cualquier otra relación esconderías tu enojo? No, las relaciones se fortalecen con una comunicación honesta. Puede haber momentos en los que necesites tomar un día a la vez.
Haz eso. Solo concéntrate en hoy. Si es necesario, toma una hora a la vez, pero aférrate a la Barra de Hierro, y te prometo que algún día dirás: “Valió la pena”.
Para concluir, te comparto una cita que espero pueda fortalecerte:
“En cada una de nuestras vidas vienen momentos dorados de adversidad. Este doloroso amigo nos rompe el corazón, nos deja de rodillas, y nos hace dar cuenta de que no somos nada sin nuestro Señor y Salvador. Este amigo nos hace suplicar toda la noche por seguridad y al día siguiente y a veces durante semanas y meses. Pero, en última instancia, tan seguro como el día sigue a la noche, mientras permanecemos fieles y verdaderos, este extraño amigo, la adversidad, nos lleva directamente a los brazos extendidos del Salvador”. (Glenn L. Pace, Renacimiento Espiritual, Conferencia de Octubre de 1992).
Fuente: askgramps.org
