Pregunta
Soy un hombre soltero de 25 años que ha servido en una misión y tiene una recomendación para el templo vigente.
Últimamente, he estado preocupado y me he sentido ansioso en cuanto al mundo de las citas.
Ese es un mundo difícil en el que vivir, ya que no soy tan guapo como otros hombres. Además, tengo muchos temores, lo que me impide hacer un mejor esfuerzo para salir en citas.
Deseo casarme, pero ¿qué pasará si no me llego a casar? ¿Aún podré ser exaltado? ¿Puedes citar algún pasaje de las Escrituras que sustente tu respuesta?
Respuesta
Puedo sentir tu preocupación y ansiedad por encontrar a tu compañera eterna y quiero intentar tranquilizar tu mente y tu corazón con respecto a este tema.
Pero, primero quiero responder a tu pregunta. En la conferencia general de octubre de 2008, el entonces élder Russell M. Nelson, en un discurso llamado “El matrimonio celestial”, expresó:
“¿Qué sucede con los muchos miembros mayores de la Iglesia que no están casados? Aunque no tengan la culpa de ello, luchan solos con las pruebas de la vida. Todos debemos recordar que, en el debido tiempo del Señor, no se privará a Sus santos fieles de ninguna bendición.
El Señor juzgará y recompensará a cada persona según los deseos sinceros de su corazón así como por sus acciones”.
Las notas al pie de página del discurso del élder Nelson, nos remiten a una declaración de Joseph Fielding Smith:
“El Señor los juzgará según los deseos de su corazón cuando las bendiciones les sean retenidas en esta vida, y no los condenará por lo que no puedan evitar”.
Asimismo, encontramos como referencia Alma 41:3 y Doctrina y Convenios 137: 9, que indican que, además de ser juzgados según nuestras obras, seremos juzgados según los deseos de nuestro corazón.
Por último, se hace referencia al Cristo Viviente, párrafo 12:
“Cada uno de nosotros será juzgado por Él según nuestras obras y los deseos de nuestro corazón”.
Básicamente, si tu deseo justo de sellarte por esta vida y la eternidad a tu compañera eterna no se cumple en esta vida, serás juzgado según ese deseo y no se te privará de ninguna bendición.
Ahora, para ayudar a tranquilizarte aún más, te ofreceré algunos consejos. ¡Solo tienes 25 años! ¡Tu vida está lejos de terminar y tu situación está lejos de no tener solución!
El élder D. Todd Christofferson, al ofrecer algunas palabras a los jóvenes en la Conferencia General de octubre de 2012, declaró:
“Sí, hermanos, tenemos trabajo que hacer. Gracias por los sacrificios que ofrecen y el bien que hacen. Sigan adelante, y el Señor los ayudará.
A veces, tal vez no sepan bien qué hacer ni qué decir, pero sigan adelante.
Empiecen a actuar y el Señor les asegura que ‘les será abierta una puerta eficaz desde ahora en adelante’ (D. y C. 118:3).
Empiecen a hablar, y Él les promete: ‘…no seréis confundidos delante de los hombres; porque os será dado en la hora, sí, en el momento preciso, lo que habéis de decir’ (DyC 100:5–6).
Es cierto que somos comunes y corrientes e imperfectos en muchos aspectos, pero tenemos un Maestro perfecto que llevó a cabo una expiación perfecta, y hemos apelado a Su gracia y a Su sacerdocio”.
Marlin K. Jensen dijo en la edición de julio de 1999 de la Liahona:
“La amistad también es una parte vital y maravillosa del noviazgo y el matrimonio.
Una relación entre un hombre y una mujer que comienza con la amistad, madura, se convierte en romance y, finalmente, en matrimonio… generalmente, se convertirá en una amistad duradera y eterna.
Nada es más inspirador en este mundo actual, en el que los matrimonios se disuelven fácilmente, que observar a un esposo y una esposa apreciar y disfrutar en silencio la amistad del otro, año tras año, mientras experimentan juntos las bendiciones y las pruebas de la vida terrenal”.
M. Russell Ballard, en su discurso de la conferencia general de abril de 2015, “La generación más grandiosa de jóvenes adultos”, afirmó:
“No olviden que las clases y las actividades que ofrece su instituto local y su barrio o estaca de Jóvenes Adultos Solteros serán también un lugar donde pueden estar con otros jóvenes y jovencitas, y elevarse e inspirarse unos a otros al aprender, crecer espiritualmente y socializar juntos”.
La esencia de las palabras de nuestros líderes es que necesitas salir en citas y desarrollar amistades. ¡Conoce nuevas personas!
La ansiedad social puede ser un problema difícil de superar. Pero, ¡ora con fe para tener el valor de acercarte a las jóvenes y conocerlas! Luego, ¡pon tu fe en acción!
Ten en cuenta que otras personas, incluso aquellas a quienes les parece natural conocer nuevas personas, se ponen nerviosas.
Trata de pensar en el hecho de que lo peor que puede pasar al conocer gente nueva es simplemente no llevarse bien. Entonces, ¿qué pasa después? ¡Hay otras personas que puedes conocer!
Recuerda lo que dijo Wayne Gretzky: “Fallas el 100% de las tomas que no haces”. ¡Puedes hacerlo!
Fuente: Ask Gramps