Pregunta
Nací y crecí en una familia Santo de los Últimos Días y fui una miembro activa de la Iglesia hasta la adolescencia. Perdí mi testimonio en la secundaria y opté por dejar de asistir cuando me fui a la universidad.
Salí con hombres que no eran Santos de los Últimos Días y, como resultado, me casé con mi esposo hace 36 años. Cuando él conoció la Iglesia, no le agradó y como estaba inactiva, no lo tomó en cuenta.
Luego, llegaron nuestros hijos y tuve el deseo de bendecirlos. Mi esposo aceptó, pero se molestó. Mi padre les dio la bendición, pero aún continué estando inactiva.
Al conocer a mi esposo seguí siendo inactiva. Imagen: Canva
Siempre creí que la Iglesia era verdadera, pero no quería hacer el esfuerzo de ir, especialmente por los pensamientos anti-Santo de los Últimos Días de mi esposo.
También sabía que él no quería que nuestros hijos fueran Santo de los Últimos Días. Cada vez que hablábamos sobre mi asistencia a la Iglesia, podía ver que él no estaba feliz.
Cuando cumplí 40 años, volví a la Iglesia y obtuve un llamamiento en la Sociedad de Socorro.
A los 40 años volví a la Iglesia. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Este tiempo como miembro activa duró alrededor de un año y debido a muchas discusiones dejé de asistir.
Incluso dijo que si esto continuaba después de que nuestro hijo menor terminara la secundaria, tendríamos que divorciarnos. Quedé devastada porque sabía que lo decía en serio.
Así que aquí estamos, casi 37 años en nuestro matrimonio y voy a la Iglesia cuando puedo, leo mis Escrituras cuando puedo, oro y siempre doy lo mejor de mí.
Amo a mi esposo. Ha sido un esposo, padre y abuelo maravilloso. Cree en Dios y ama a sus semejantes.
Quiero que mi familia sea eterna. Imagen: Istock
Pido al Padre todos los días para que el corazón de mi esposo se ablande hacia la Iglesia.
Si mi esposo nunca se une a la Iglesia y nuestro matrimonio nunca será eterno, ¿qué puede suceder con mi familia en las eternidades?
Respuesta
Sé que estás preocupada por el futuro de tu familia. Imagen: Canva
Entiendo que te preguntes sobre el futuro de tu familia, especialmente debido a que ninguno de ustedes comparten las mismas creencias.
Sin embargo, al igual que tú has estado en un viaje de toda la vida para descubrir una relación significativa con el Padre Celestial, entiende que tu esposo e hijos están en ese mismo viaje de manera individual. Recuerda que este viaje no comenzó en esta tierra y no termina una vez que pasamos por el velo después de fallecer.
Al leer tu pregunta, solo puedo imaginar cómo ha sido la experiencia de tu esposo. Aunque las semillas del evangelio fueron sembradas en ti desde joven, no hubo señales de crecimiento cuando tu esposo te conoció y se casó contigo.
Este viaje es infinito. Imagen: Canva
Estoy seguro de que ese cambio gradual hacia la Iglesia ha sido confuso y amenazante para su concepto de quién eres, especialmente en relación con lo que ambos compartieron al comenzar su familia.
Es posible que esta amenaza de divorcio haya surgido en un momento de desesperación, cuando tu esposo no sabía cómo expresar su frustración por las diferentes direcciones que ustedes dos estaban tomando.
Supongo que esta es una conversación que necesita ser reconsiderada para que ambos puedan encontrar una manera de satisfacer las necesidades del otro.
Imagen: Canva
Has construido un matrimonio sólido bajo las difíciles condiciones de una familia interreligiosa. Eso no es algo fácil de hacer y tus esfuerzos hablan del amor y la tolerancia que ambos tienen el uno por el otro.
Esas son las condiciones que realmente califican a las familias para el gozo eterno, como enseñó el élder Robert D. Hales en la conferencia general de octubre de 1996:
“Según se nos enseña en ese pasaje de las Escrituras, no existen lazos eternos sólo como resultado de los convenios selladores que hacemos en el templo. Lo que seremos en las eternidades por venir lo determinara la conducta que llevemos en esta vida.
A fin de recibir las bendiciones del sellamiento que nuestro Padre Celestial nos ha dado, debemos obedecer los mandamientos y conducirnos de tal forma que nuestra familia quiera estar con nosotros en la eternidad.
Las relaciones familiares que tengamos en esta tierra son importantes, pero su importancia es mucho mas grande en relación con el efecto que tengan en las generaciones futuras de nuestra familia, tanto en la vida terrenal como en toda la eternidad”.
Sigue trabajando en construir un ambiente familiar, amoroso, tolerante y comprometido. Imagen: Canva
Por supuesto, en este momento no tienes las bendiciones del sellamiento, pero tienes todo lo demás que el élder Hales describe como ingredientes para una familia saludable.
Sigue trabajando en construir un ambiente familiar, amoroso, tolerante y comprometido, incluso si no ves el poder de sellamiento en la mortalidad. Hay mucho más por venir y mucho más sucediendo de lo que podemos ver o entender.
Siempre puedes continuar desarrollando tu relación personal con el Salvador y tu Padre Celestial sin el consentimiento de tu esposo.
Tu relación personal con el Salvador y tu Padre Celestial es esencial para vivir con amabilidad, mansedumbre y amor sincero.
Tu relación personal con el Salvador y tu Padre Celestial es esencial. Arte: “Rescue Me” de Yongsung Kim.
La dinámica de adorar formalmente en la Iglesia o el templo es algo que seguirás conociendo con tu esposo. Dado su apoyo pasado, es probable que encuentres una forma de incorporarlo en tu matrimonio, confiando en el compromiso mutuo para superar esta división desafiante.
En el Libro de Mormón, Omni, bendijo a aquellos que no podían creer, incluso cuando él mismo no era creyente.
No sabemos mucho sobre su historia, pero sabemos que hizo todo lo posible para proteger a su pueblo, aunque se describiera a sí mismo como un hombre malvado.
Tu esposo y tú tienen que aclarar correctamente las cosas. Imagen: Canva
Lo que más me inspira es que, aunque personalmente no adoraba, creía o participaba en la obra de salvación en la Tierra, tuvo el suficiente respeto por el registro y las tradiciones de su pueblo como para transmitir lo que pudo a su hijo, lo que proporcionó un puente entre los creyentes. Esto no es poca cosa.
Del mismo modo, tu esposo está co-construyendo una familia amorosa, aunque no comparta tus mismas creencias. Tienen más en común de lo que podrías darte cuenta.
No dejes que las diferencias te desanimen hasta el punto de perder la esperanza en el futuro. No has terminado tu viaje de regreso a casa y tampoco lo ha hecho tu esposo.
Fuente: Meridian Magazine
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