Si me conoces un poco más, sabes que tengo la meta personal de compartir por lo menos 20 ejemplares del Libro de Mormón por año. Desde el 2014 he hecho eso…
Acepté la invitación del Presidente Benson de “inundar la Tierra con el Libro de Mormón”. En un artículo que el Presidente Benson escribió y está disponible en la Liahona de enero de 1989 leemos:
“Dios me ha revelado la absoluta necesidad de impulsar el Libro de Mormón ahora y de un modo maravilloso. Todos ustedes deben ayudar en esta tarea y en esta bendición que Dios ha depositado sobre toda la Iglesia”.
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Todos deberíamos esforzarnos para propagar el Libro de Mormón.
“Tenemos que inundar la tierra con el Libro de Mormón y librarnos de la ‘condenación’ de Dios por haberlo tratado sin la importancia debida” (DyC 84: 54 – 58).
El 7 de octubre de 2019, un amigo me envió un mensaje por WhatsApp en el que decía que estaba en una biblioteca al aire libre que tenemos en nuestra ciudad. Ahí, hay varios libros que se donan o prestan a todos los que desean alguno.
Cuando mi amigo abrió el lugar para ver los libros, pronto se encontró con El Libro de Mormón.
Inmediatamente, dijo que se acordó de mí, porque siempre hablo del libro, y porque recientemente también compartí un ejemplar con él en alemán para ayudarlo a estudiar el idioma.
Entonces, pensó en tomar una foto y enviármela… Para su sorpresa, ese ejemplar tenía una dedicatoria que escribí en el 2016. Me envió algunas fotos…
No logré identificar para quien era ese ejemplar. Puedo recurrir a mis registros personales, ya que anoto el nombre de la persona a quien le entrego el Libro de Mormón además del lugar y la fecha en que sucedió. Sin embargo, eso no viene al caso ahora.
Lo que quiero decir es que tal vez esa persona a la que le di un ejemplar del libro, no estuvo interesada en su mensaje. Ese libro todavía está en otras manos, visitará otros lugares y tocará otros corazones.
Invitar a las personas a venir a Cristo, a través del Libro de Mormón, es como las semillas de una manzana. Puedes contar cuántas semillas tiene una manzana, pero nunca podrás contar cuántas manzanas crecerán de una semilla. En otras palabras, nunca sabremos hasta dónde llegará nuestro testimonio y cuantos frutos producirá.
Todavía sigo la invitación del Presidente Benson de inundar la Tierra con el Libro de Mormón.
Espero que cada uno de nosotros encuentre formas de invitar a las personas a venir a Cristo y dar su contribución para que juntos inundemos la Tierra con el Libro de Mormón.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Inaê Leandro y fue publicado en maisfe.org con el título “Inundar a Terra com O Livro de Mórmon”.