Pregunta

Cuando Dios declaró los diez mandamientos a Moisés, Él extendió grandes advertencias. Una de ellas fue:

“No dirás contra tu prójimo falso testimonio”. (Éxodo 20:16)

Como miembros de la Iglesia de Jesucristo, nos esforzamos por vivir ese mandamiento. Sin embargo, a veces experimentamos calumnias o “falsos testimonios” en contra nuestra que denigran nuestra reputación injustamente.

Puede que en nuestro deseo de hacer justicia, nos sintamos inclinados a recurrir a la demanda. Pero desde el punto de vista cristiano, puede que nos retractemos. Esto nos lleva a preguntarnos:

¿Está bien demandar a alguien si soy cristiano? Si Cristo enseñó a perdonar, ¿eso quiere decir que debo quedarme en silencio ante la injusticia?

Respuesta

“Poner la otra mejilla” significa elegir actuar con serenidad. Imagen: Canva

Puede que la razón central detrás de estas preguntas se deba a la enseñanza del Salvador cuando declaró:

“Y al que te golpee en la mejilla, preséntale también la otra”.

Quizá hayas caído en el error de interpretar esta enseñanza de manera muy literal. Sin embargo, esta enseñanza no es un llamado a la pasividad ante la injusticia, y la traducción de José Smith lo aclara.

“Y al que te golpee en la mejilla, preséntale también la otra; o, en otras palabras, es preferible presentar la otra mejilla a injuriar a la vez… Porque es preferible que dejes que tu enemigo te quite estas cosas a que contiendas con él”. (TJS Lucas 6:29-30)

Bajo esta nueva perspectiva “poner la otra mejilla” significa elegir actuar con serenidad antes de recurrir al rencor o al deseo intenso de venganza porque finalmente, Dios se encargará de impartir la justicia.

La postura de la Iglesia de Jesucristo sobre las demandas

Buscar justicia legal no es incorrecto, siempre que se haga con el deseo de corregir lo injusto. Imagen: Canva

Si bien se nos invita a confiar en que la justicia vendrá por el Señor, las revelaciones modernas afirman un equilibrio entre buscar la justicia divina y la justicia terrenal. El Salvador reveló:

“Creemos que el hombre debe recurrir a la ley civil para exigir reparación por toda injusticia y agravio, cuando sufre atropello personal, o se difama o son violados los derechos de propiedad, donde existan leyes que le protejan de estas cosas”.

Esto aclara que buscar justicia legal no es incorrecto, siempre y cuando se haga con el deseo sincero de corregir lo injusto y no de dañar o buscar represalias.

Otra enseñanza en las escrituras que puede resultar confusa es la del apóstol Pablo cuando advirtió a los primeros santos sobre demandar a otros miembros de la Iglesia de Jesucristo. Él expresó:

“Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿por qué no sufrís más bien el ser defraudados?

Sin embargo, sus palabras no condenan la ley civil, sino que son un llamado a reflexionar en nuestras intenciones. Si el deseo de demandar nace del deber de proteger o de evitar que otros sufran lo mismo, entonces puede ser un acto justo.

Procurar la paz

mujer viendo al cielo
El perdón nos ayuda a liberarnos de la carga. Imagen: Canva

Si bien se nos manda a responder con perdón ante las injusticias, recordemos lo que el presidente Russell M. Nelson enseñó:

“Perdonar a los demás no significa condonar una conducta pecaminosa o delictiva. Y ciertamente no significa permanecer en situaciones de abuso”.

Queda claro, bajo la perspectiva del presidente Nelson, que perdonar no significa que haya que permitir las injusticias. Incluso recurrir a la ley, bajo las intenciones correctas, es una forma de perdonar y liberarnos de la carga.

Sin embargo, antes de actuar, lo más importante es buscar la guía del Espíritu porque solo el Señor conoce los detalles que nadie más ve. Si tienes dudas y no sabes si decidir actuar legalmente, empieza por perdonar primero y luego consultar al Señor en oración sincera. Él te dará la respuesta que tu corazón necesita.

Fuente: AskGramps

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