Pregunta
Cuando tenía 16 años rompí la ley de castidad. Pasé por todo el proceso de arrepentimiento y ha pasado un largo tiempo desde que cometí ese error, sin embargo, frecuentemente me siento indigna del matrimonio.
Soy una miembro fiel de la Iglesia y amo mucho el evangelio, pero tengo miedo de que un hombre no se quiera casar conmigo cuando le cuente que rompí la ley de castidad y así, sepa que soy indigna y reconsidere la decisión de casarse conmigo.
Respuesta
Romper la ley de castidad es un asunto serio que no debería tomarse a la ligera.
Si bien debemos tener cuidado de no minimizar la gravedad de quebrantar la Ley de Castidad, también es importante darse cuenta de que el hombre natural es imperfecto.
Satanás es astuto y poderoso, y quiere evitar que regresemos a vivir con nuestro Padre Celestial. Él trabaja en contra de nosotros, tentándonos a vestirnos de manera immodesta y animándonos a tener pensamientos inmorales o inapropiados.
Estos pensamientos también quebrantan la Ley de Castidad, como lo enseñó el profeta Alma en Alma 12:14:
“Porque nuestras palabras nos condenarán, sí, todas nuestras obras nos condenarán; no nos hallaremos sin mancha, y nuestros pensamientos también nos condenarán.
Y en esta terrible condición no nos atreveremos a mirar a nuestro Dios, sino que nos daríamos por felices si pudiéramos mandar a las piedras y montañas que cayesen sobre nosotros, para que nos escondiesen de su presencia”.
La buena noticia es que el Padre Celestial tiene conocimiento de esto. Él envió a Su único Hijo para que diera Su vida por nosotros a fin de que podamos vivir nuevamente con Él. Nuestro Padre desea que nos arrepintamos porque el arrepentimiento nos limpia.
En Ezequiel 18: 21 – 22 aprendemos:
“Pero el malvado, si se aparta de todos sus pecados que cometió, y guarda todos mis estatutos y hace juicio y justicia, ciertamente vivirá; no morirá.
Ninguna de las transgresiones que cometió le será recordada; por la justicia que hizo, vivirá”.
Además, podemos leer en Enós 1: 5 – 6
“Y vino a mí una voz, diciendo: Enós, tus pecados te son perdonados, y serás bendecido. Y yo, Enós, sabía que Dios no podía mentir; por tanto, mi culpa fue expurgada”.
Como puedes ver, todos somos imperfectos, es parte de la razón por la que venimos a la mundo, tomamos este cuerpo mortal y pasamos por el velo.
No solo aprendemos y progresamos por medio de nuestras victorias sino que también por nuestros errores.
A juzgar por tu pregunta, parece que has aprendido de tu pecado y has crecido a través del poder expiatorio de Cristo.
Él te ha perdonado, por lo tanto, tus transgresiones no serán mencionadas. Con suerte, te has acercado más a nuestro Padre Celestial desde entonces y has aprendido a amarte a ti misma y a servirle.
Ahora ves claramente por qué nuestro Padre Celestial quiere que sigas Sus mandamientos. Él te ama y solo quiere lo mejor para ti.
Confío en que encontrarás un esposo que te ame por la mujer de fe en que te has convertido. Además, sé que debido a la procedencia del hombre natural, tu futuro cónyuge también habrá cometido errores y se habrá arrepentido en su pasado.
Estoy seguro de que lo amarás tanto como él te amará y ambos podrán progresar gracias a Cristo y el poder de Su expiación.
Se feliz, lo mejor de tu vida está por venir comenzando con el sellamiento en el templo por este tiempo y por toda la eternidad.
Fuente: askgramps.org