Cindi B., una madre Santo de los Últimos Días, compartió sus sentimientos sobre lo que vivió cuando la capilla de su barrio cerró por completo cuando un hombre armado llevó a cabo un tiroteo masivo que le quitó la vida a 18 personas e hirió a otras 13 en un boliche y un bar en Lewiston, Maine, Estados Unidos.
Mediante un post en la plataforma X (anteriormente conocido como Twitter), ella compartió lo siguiente:
“A salvo y protegida en la capilla. Llevaré a los hombres y mujeres jóvenes que viven dentro de nuestra zona a sus hogares esta noche”.
Gracias a esto, diferentes reporteros locales respondieron su publicación y ella expresó:
“Estoy en una capilla, con muchos jóvenes preocupados que no pueden regresar a su casa esta noche. De hecho, no sé mucho sobre [lo que sucedió]. Los jóvenes están recibiendo mensajes de sus amigos, hay muchos rumores y especulaciones”.
Cindy se encontraba en una actividad de hombres y mujeres jóvenes cuando se dio la orden del cierre de emergencia en el centro de reuniones.
Después de que capturaron al autor del crimen, aquella madre compartió lo que aprendió de este atentado. Ella escribió:
“Ahora que encontraron al agresor (fallecido), estás son algunas cosas que desearía haber hecho mientras estaba aislada con un grupo de adolescentes en un lugar ‘seguro’:
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- Me hubiera gustado que los adultos que se encontraban en el lugar pudieran haber controlado el uso de los teléfonos en los adolescentes de mejor manera. Los hombres y mujeres jóvenes estaban pendientes de sus amigos, pero la desinformación fue muy grande. Nos decían que había diferentes asaltantes en siete lugares diferentes, eso aumentó el miedo y la ansiedad.
- Hubiera preferido que los jóvenes estuvieran en contacto con sus padres, confié en que ellos ya lo habían hecho. No fue hasta después de una hora, cuando hablé con sus padres, que me di cuenta de que la mayoría de estos adolescentes no se había comunicado con ellos, habían hablado con sus amigos”.
- Me hubiera gustado tener más cargadores para celular en uno de los salones para dárselo a los hombres y mujeres jóvenes en caso de emergencia.
- Me hubiera gustado poder confiar en que los medios de comunicación serían fuentes confiables. No acertar en todo, pero estar más cerca de la verdad que los muchos tweets. Nuestro periódico local fue una buena fuente.
- De hecho, fue muy agradable estar con nuestra comunidad durante esta experiencia. Mis jóvenes apreciaron estar con sus amigos más cercanos, oraron juntos y se consolaron mutuamente. Estoy asombrada por sus actos de compasión y amor.
Ella también compartió que al día siguiente, los miembros del barrio participaron de una vivita al Templo de Boston.
“Estamos agradecidos por la invitación de otro barrio de nuestra estaca [al templo], es tiempo de sanar”.
Fuente: LDS Daily
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