Cuando escuchas la frase “soy discípulo de Cristo”, ¿en qué piensas?
Participar del devocional mundial de la juventud que se llevó a cabo este fin de semana, me hizo reconsiderar lo que significa llegar a ser un discípulo de Cristo. Me dio paz, alivió la presión que sentía y me brindó esperanza.
Los mensajes del élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles; la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Emily Belle Freeman; y el presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund; me dieron la oportunidad de cambiar mi perspectiva.
El élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles; la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Emily Belle Freeman; y el presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Antes pensaba en que ser un “discípulo de Cristo” era solo la obra misional. Sin embargo, gracias a estos tres líderes de la Iglesia comprendo que es mucho más que eso.
En la transmisión, el élder Stevenson, la presidenta Freeman y el presidente Lund estaban juntos, bajo la lluvia, frente al sitio de renovación del Templo de Salt Lake.
De pronto, la presidenta Freeman bromeó sobre lo caótico que lucía el entorno del lugar: la lluvia, los paraguas, el barro en sus botas, las maquinas y los andamios que se encontraban detrás de ellos.
Vista de los cimientos del Templo de Salt Lake, City. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
De todo ello, sacó una hermosa simbología. Al mirar a su alrededor, expresó:
“A veces, edificar algo consiste en este [caos]… y quizá así sea en su propia vida. Tal vez están aspirando en llegar a ser algo, pero se encuentran en pleno proceso de edificación“.
Aquello me encantó: todos estamos en un proceso que nos llevará a ser mucho mejores de lo que somos ahora.
A lo largo de su mensaje introductorio, estos líderes utilizaron frases como “reconstruir”, “remodelar”, “refinación” y “reconstruir es como el proceso de discipulado”.
Podemos enfocarnos en nosotros mismos, en nuestro desarrollo personal y espiritual. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Por su parte, el élder Stevenson expresó:
“He observado que el progreso espiritual, la refinación, la edificación y la conformación, a menudo suelen ocurrir simultáneamente. Esto también nos ayuda a recordar que el discipulado es un trabajo en progreso, al igual que [el] hermoso templo que tenemos detrás de nosotros”,
En lugar de ver el discipulado como un enfoque en los demás, sus palabras me ayudaron a darme cuenta de que a veces puede significar enfocarnos en nosotros mismos, en nuestro desarrollo personal y espiritual.
Significa mejorar, reconstruir y renovar nuestra propia vida, nuestros propios cimientos. Se trata de hacer inventario de las cosas que nos ayudan y las que no, y de derribar muros de orgullo y cavar profundamente para establecer un cimiento de fe más sólido.
Nuestro camino al discipulado es un “trabajo en progreso” Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
Y, afortunadamente, esto no tiene que suceder de un día para el otro, es un “trabajo en progreso”, como dijo el élder Stevenson.
Todos nos encontramos en una misma senda, solo que vamos avanzando a nuestro propio ritmo. No debe desanimarnos, debe impulsarnos a seguir.
Si te perdiste el devocional, puedes verlo completo aquí.
Fuente: LdsLiving
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