Durante mucho tiempo, entre los Santos de los Últimos Días ha sido común enseñar que la revelación se reconoce de dos maneras: un “ardor en el pecho” o un “estupor de pensamiento”, según lo enseñado en Doctrina y Convenios 9:7–9. Sin embargo, para muchas personas, ese modelo no ha reflejado su experiencia real con el Espíritu.
Janiece Johnson, autora del libro Revelation: Themes in the Doctrine and Covenants, explicó recientemente en el pódcast Magnify que es necesario ampliar nuestra visión sobre cómo funciona la revelación. Aunque esos versículos ofrecen un patrón útil, no son el único camino para recibir respuestas del Señor.

La sección 9 fue una revelación para Oliver Cowdery mientras intentaba traducir el Libro de Mormón. Había visto cómo José Smith lo hacía y deseaba tener la misma capacidad. El Señor le explicó que debía meditar en su corazón, pedir una confirmación y luego reconocer si sentía que era correcto o no.
Para Janiece, esto deja claro que este patrón fue dado en un contexto muy específico: la traducción. Y aunque puede aplicarse a otras decisiones, no necesariamente funciona igual para todos.
“Yo crecí con ese único modelo,y como no coincidía con lo que yo sentía, llegué a llamarlo ‘la tiranía del ardor en el pecho’.”
No todo se reduce a calor o confusión

Además, Doctrina y Convenios 9 no menciona otras posibilidades reveladoras. Por ejemplo, no habla de cuándo el Señor da una respuesta clara de “no”. El estupor de pensamiento puede indicar una falta de aprobación, pero no siempre equivale a una negativa directa.
Tampoco aborda otras formas de sentir un “sí”. El presidente Dallin H. Oaks explicó que el “ardor en el pecho” no debe entenderse literalmente como calor, sino como una sensación de paz, calidez, serenidad y bondad.

Cada persona puede experimentar la revelación de formas diferentes.
Durante su tiempo como profesora en BYU, Janiece recopiló testimonios de estudiantes sobre cómo reconocen la influencia del Espíritu. Encontró patrones comunes como sentir paz o ausencia de ansiedad, pero también respuestas más personales y originales: sentirse como con “pijamas tibios recién salidos de la secadora”, “una patada en las espinillas” o un pensamiento “curiosamente directo”.
Esto demuestra que el Espíritu no se manifiesta de una sola forma. Dios se comunica con cada persona de acuerdo con su naturaleza y circunstancias.
Otra manera de reconocer la revelación

Una imagen poderosa que ha ayudado a Janiece es una frase de José Smith: “inteligencia fluyendo hacia ti”. Es decir, cuando una idea clara llega repentinamente y sientes que tiene sentido, es posible que estés recibiendo revelación.
Con el tiempo, si prestas atención a estas impresiones, puedes reconocer cuándo vienen de Dios. Así se aprende a conocer al Espíritu, y a medida que lo haces, tu capacidad de recibir revelación se fortalece.
Finalmente, en la sección 9 el Señor dice: “sentirás que es correcto”. Pero ese sentir es distinto para cada persona. Nadie puede decirte exactamente cómo debe sentirse el Espíritu en ti. Es algo que debes descubrir en tu propia experiencia con Dios.
En palabras de Janiece:
“Cada uno tiene que aprenderlo por sí mismo”.
Así que si no has sentido un ardor en el pecho o un estupor de pensamiento, no estás equivocado ni desconectado. Quizás el Señor ya te está hablando, solo necesitas aprender a reconocer cómo lo hace contigo. Porque al final, la revelación no es un molde rígido, sino una relación viva entre tú y tu Padre Celestial.
Fuente:LDS Living
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