Pregunta

Si oro o ayuno para que una persona enferma se recupere, pero la voluntad de Dios es que esa persona no se sane, ¿significa eso que mi oración o ayuno intentan cambiar Su voluntad?

Asimismo, si se sana, ¿la voluntad de Dios cambió porque oré o ayuné para que eso sucediera? Es posible que algunas personas solo pueden sanarse porque alguien oró o ayunó por ellas o se les dio una bendición del sacerdocio?

Respuesta

oración en pareja
Su voluntad es que le pidamos aquello que necesitamos, anhelamos o deseamos. Imagen: Canva

Al hablar sobre la voluntad de Dios, debemos recordar que Su voluntad es que le pidamos aquello que necesitamos, anhelamos o deseamos. Su voluntad es que busquemos Sus bendiciones y que procuremos hacer Su voluntad.

Esto significa que habrá algunas bendiciones que Dios nos concederá porque así lo ha dispuesto, otras que no nos dará porque tiene otros propósitos, y algunas más que sí desea concedernos, pero está esperando que se las pidamos. Todo eso forma parte de Su voluntad.

El Diccionario de la Biblia nos enseña lo siguiente sobre la oración:

«El propósito de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino obtener para nosotros mismos y para los demás bendiciones que Él ya está dispuesto a conceder, pero que están condicionadas a que las pidamos.

Las bendiciones requieren trabajo o esfuerzo de nuestra parte antes de poder recibirlas. La oración es una forma de trabajo y un medio designado para obtener las más elevadas de todas las bendiciones».

La voluntad de Dios no cambia simplemente porque alguien ayuna u ora. Imagen: Canva

Con eso aclarado, intentaré responder tus preguntas en orden inverso. Sí, es completamente posible que alguien haya sido sanado porque otra persona intercedió con una oración, ayuno o una bendición del sacerdocio, ya que Dios podía estar esperando precisamente esa intercesión.

Sin embargo, la voluntad de Dios no cambia simplemente porque alguien ayuna u ora. Sencillamente ya era Su voluntad desde el principio.

Seguir la voluntad de Dios

mano sosteniendo a la otra
A veces, nos cuesta discernir cuál es Su voluntad. Imagen: Canva

Tu primera pregunta es un poco más compleja. Dios quiere que le pidamos en oración, pero también desea que sometamos nuestra voluntad a la Suya. A veces, nos cuesta discernir cuál es Su voluntad, lo que hace difícil saber si estamos pidiendo algo contrario a ella.

Creo que el Salvador nos mostró cómo resolver ese dilema y nos dio un ejemplo perfecto de cómo pedir lo que deseamos mientras nos sometemos a la voluntad del Padre. En Lucas 22:41–42 leemos:

“Y se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”

En esta escritura, vemos que Cristo expresó el deseo de no pasar por el sufrimiento que se avecinaba. Tal como se nos enseña a todos, Él oró sinceramente al Padre. Sin embargo, con sabiduría divina, también sabía que debía someterse completamente a la voluntad de Dios, sin importar el resultado. Ese es el patrón que debemos seguir siempre.

Lo que enseñan los profetas modernos

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“Pide en el Espíritu… es hecho conforme a lo que pide”. Imagen: Canva

El presidente Dallin H. Oaks enseñó lo siguiente sobre la sanación mediante el sacerdocio:

“Hombres jóvenes y mayores, les ruego que pongan especial atención a lo que ahora voy a decir. Al ejercer el poder indudable del sacerdocio de Dios y conforme atesoremos Su promesa de que Él escuchará y contestará la oración de fe, siempre debemos recordar que la fe y el poder sanador del sacerdocio no pueden producir un resultado contrario a la voluntad de Aquel de quien es este sacerdocio.

Este principio se enseña en la revelación que ordena que los élderes de la Iglesia pongan las manos sobre los enfermos. La promesa del Señor es que “el que tuviere fe en mí para ser sanado, y no estuviere señalado para morir, sanará” (D. y C. 42:48).

Del mismo modo, en otra revelación moderna el Señor declara que cuando uno “pide en el Espíritu… es hecho conforme a lo que pide” (D. y C. 46:30).

De todo esto aprendemos que incluso los siervos del Señor, al ejercer Su divino poder en una situación en la que haya suficiente fe para ser sanado, no pueden dar una bendición del sacerdocio que cause que una persona sea sanada si esa sanidad no es la voluntad del Señor”.

La fe en el Señor Jesucristo implica confiar en Él. Imagen: Canva

Como hijos de Dios, sabiendo que Él nos ama y que Su sabiduría es perfecta para nuestro bienestar eterno, confiamos en Él. El primer principio del Evangelio es la fe en el Señor Jesucristo, y la fe implica confianza.

El presidente Oaks sintió esa confianza cuando escuchó el discurso de su primo durante el funeral de una adolescente que falleció por una enfermedad grave. El presidente Oaks compartió:

“Sé que fue la voluntad del Señor que ella muriera; tuvo buena atención médica, recibió bendiciones del sacerdocio, su nombre estaba en la lista de oración del templo y fue objeto de cientos de oraciones para que se restableciera su salud. Sé que hay suficiente fe en esa familia para que ella hubiera sido sanada a menos que fuera la voluntad del Señor llevársela a Su hogar en este momento”.

hombre mirando al cielo
Podemos recibir revelación de los cielos. Imagen: Canva

Nosotros podemos llegar a sentir esa misma confianza y certeza en las promesas de Dios. En las palabras del padre de otra joven que falleció de cáncer, el presidente Oaks declaró:

“Nuestra familia tiene fe en Jesucristo, y esa fe no depende del resultado”.

Esas palabras son realmente verdaderas. Hacemos todo lo posible por la sanación de quienes amamos, pero luego depositamos nuestra confianza en el Señor sea cual sea el resultado.

Fuente: Ask Gramps

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