Las consecuencias de la ira que nos roban la felicidad

ira

Alguien acaba de hacerte enfadar. Esa persona dijo lo necesario para molestarte y empiezas a sentirte raro físicamente. Puede que empieces a preguntarte cuáles podrían ser los efectos de la ira y la negatividad en tu salud.

Sientes una presión en el pecho.

Empiezas a sudar.

A este punto… ya ni siquiera sabes por qué estás enojado.

Alguien estaba equivocado.

¡Tú tenías la razón!

Tu voz se eleva e incluso puede que comiences a gritar. Las cosas que salen de tu boca ni siquiera tienen sentido y sabes que te arrepentirás más adelante cuando te calmes.

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La mayoría de las personas ha pasado por esto en algún momento de su vida.

Las personas juiciosas aprenden a superar la ira. Las personas rencorosas se enojan más con el tiempo.

La Iglesia católica ha considerado la ira como uno de los “siete pecados capitales” y estoy seguro de que está en lo correcto.

La ira es mortal. De hecho, pienso que la ira ha causado más muerte, dolor y depresión que cualquier otra cosa en este planeta.

La ira trae abajo naciones y civilizaciones. Separa a las familias y convierte a los cónyuges en enemigos mortales. Hace que padres e hijos nunca hablen, que madres e hijas nunca se abracen.

“Si permitimos que las rencillas se agraven, pueden convertirse en serios malestares. Al igual que una dolorosa enfermedad, éstas pueden consumir toda nuestra atención y nuestro tiempo”. -Gordon B. Hinckley, “Tardos para airarse”

La ira aparece de la nada y, cuando se analiza cuidadosamente la causa de tal sentimiento, nos damos cuenta que quizá fue por algo de muy poca importancia.

Piensa en los años que se han desperdiciado… la vida que se ha desperdiciado… las sonrisas que se han perdido… los recuerdos que hemos echado a perder.

La ira convierte a algunas de las mejores personas, a las más bondadosas, a las más orientadas al servicio, en alguien que no son, en alguien que no quieren ser. 

Un día, tu vida es grandiosa y luego, de un momento a otro, algo cambia dentro de ti y el animal de la ira que guardabas dentro se libera.

A veces te impulsa a hacer algo de lo que te arrepentirás por el resto de tu vida.

Hay personas que pagan el precio en la cárcel, en la soledad y viven en su culpa todos los días de sus vidas… ¿y para qué? ¿Para demostrar que tenían la razón?

Es una tragedia verdaderamente que una situación arruine la vida de alguien a causa de un ataque de ira.

La ira es como pequeños trozos de vidrio que se meten por tus venas y hieren tus órganos. Con cada episodio de enojo… tu presión arterial se dispara, tus glándulas suprarrenales se agotan.

No seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien”. -Romanos 12: 21

Por cada momento de cólera que atraviesas, hay un momento de desánimo de la misma intensidad, esperándote cuando la adrenalina del momento desaparezca.

Ese nivel de desánimo, de depresión, conduce a malos hábitos alimenticios, patrones de sueño alterados y a una falta de motivación para ejercitarnos.

Es entonces que nos volvemos más propensos a ceder a otra ola de ira, debido a que no nos sentimos bien. Caemos en el desánimo cada vez más rápido y sin control.

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“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor, y de dominio propio”. -2 Timoteo 1:7

Ahora, si nos enojamos con las personas todo el tiempo, esto comenzará a generar consecuencias en nuestro cuerpo. Y puede que no muchos lo sepan, pero estamos quitándonos la vida, lentamente nos quitamos preciosos años de vida.

En ese proceso, también nos aseguramos de que nadie nos extrañe cuando nos toque partir de este mundo.

Y si nos recuerdan de la manera en que éramos antes de morir… ¿queremos ser recordados con una sonrisa o con un ceño fruncido?

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La ira es una constante pérdida de nuestro presente y nuestro futuro.

WebMD hace la pregunta:

“Si supieras que la ira constante puede aumentar significativamente tu propensión a enfermedades del corazón, ¿continuarías desahogándote, gritando y rompiendo cosas durante una discusión o enojándote porque el wifi de la oficina falla durante un día ajetreado y estresante?”

Cuando nos enojamos, nuestro cuerpo libera automáticamente una hormona del estrés llamada cortisol. Liberar esa hormona en momentos de emergencia es algo bueno.

Nos ayuda a protegernos en situaciones de peligro, pero los altos niveles de cortisol con los efectos secundarios que lo acompañan “causan un desgaste en el corazón y en el sistema cardiovascular” (Jerry Kiffer, MA).

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Las personas que constantemente están enojadas normalmente nadan en un mar de negatividad. Esa negatividad se acumula rápidamente y los lleva a tener ataques de ira con más facilidad y frecuencia.

Si te sientes enfermo la mayor parte del tiempo… probablemente sea porque tu cuerpo está tratando de rebelarse contra tu estado mental.

La mente controla el cuerpo y al cuerpo no le gusta la ira ni la negatividad. Tu cuerpo ha tratado de decirte eso una y otra vez.

Es hora de empezar a escuchar.

La Dra. Laura Kubzansky, profesora de la Escuela de Salud Pública de Harvard en Cambridge, Mass respalda esto. Ella dijo que “las personas que se enojan mucho también tienden a tener otras emociones negativas crónicas”.

De todas las cosas que prometen mejorar tu salud, esta podría ser la menos tomada en cuenta o destacada.

Si quieres estar sano, necesitas ser feliz. Necesitas darles a los demás el beneficio de la duda y reemplazar la ira y el enojo, por las risas y el perdón.

“Feliz es el hombre que puede pasar por alto los comentarios ofensivos de otra persona y sigue adelante”.-Gordon B. Hinckley

Encuentra una manera de sonreír y ver el lado bueno de las cosas a pesar de las circunstancias que te rodean. Mantener una actitud positiva mejorará tu vida más que cualquier otra cosa que puedas hacer.

Deja que las pequeñas cosas pasen. Pregúntate: ¿Es esto realmente lo suficientemente importante como para arruinar mi salud?”.

La mayoría de las personas que leen esto nunca van a decir en voz alta: “¡Esto es para mí!”, pero tú sabes que lo es. 

Es posible que necesites leer esto o que tengas un familiar o amigo al que le vendría bien un recordatorio de que sus constantes ataques de negatividad e ira están lastimándolo y a todos los que lo rodean.

Es hora de tomar el control.

“Les suplico que dominen su carácter; que sonrían, lo cual borrará el enojo; hablen con palabras de amor y paz, aprecio y respeto. Si lo hacen, tendrán una vida sin remordimiento; preservarán su matrimonio y las relaciones familiares; serán mucho más felices; lograrán hacer un mayor bien; tendrán un sentimiento de paz que será maravilloso”. -Gordon B. Hinckley, “Tardos para airarse”

Puedes sanar tu interior con pensamientos positivos, risas y amor.

Pruébalo y verás. No lo hagas solo por un día o por una semana, haz una transformación de por vida.

Este artículo es una adaptación y fue escrito originalmente por Greg Trimble y fue publicado originalmente por gregtrimble.com bajo el título “The Effects of Anger and Negativity On Your Health

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