Este artículo fue escrito en base en los relatos de amigos y familiares de Layla y Marcos.
Cuando la noticia del fallecimiento repentino de una pareja tan querida se dio a conocer, el impacto fue inmediato y profundo. Layla y Marcos, padres dedicados de tres hijos, eran conocidos por su luz, su servicio constante y su amor incondicional por la familia y por el evangelio.
El dolor de la pérdida se sintió como un golpe directo al corazón de todos los que los conocían. Según personas cercanas a la familia, fue un momento de shock y absoluta incredulidad.

“El dolor era tan grande que no podía mantenerme de pie”, compartió una de las fuentes, quien recordó cuánto participaban en las reuniones de la Iglesia y en los pequeños gestos cotidianos.
Las sonrisas, las risas y los momentos en familia se convirtieron en recuerdos que hoy acompañan el duelo. Sin embargo, incluso en medio del dolor, familiares y amigos se unieron para cuidar el pequeño legado que esta pareja dejó.
La presidenta de la Sociedad de Socorro del Barrio Felicidad en Brasil estuvo junto a la familia en los dos momentos más difíciles: al comunicar el fallecimiento de Marcos y, al día siguiente, dar la noticia del fallecimiento de Layla.

“Fue como volver a empezar de cero. Algo que jamás imaginé vivir”, relató.
A los niños, especialmente los más pequeños, no se les informó de inmediato, dada la magnitud y la complejidad de lo sucedido.
“Si para los adultos fue muy difícil de asimilar, imagínense lo que fue para los niños”.
Ángeles en la tierra

Desde los primeros instantes después de la tragedia, el barrio, los amigos, los familiares y hasta miembros de la comunidad que no eran cercanos han manifestado el amor de Cristo a través de un servicio generoso e incansable.
Mensajes de apoyo, oraciones, comidas organizadas, visitas silenciosas, abrazos sinceros, ayuda con los niños… todo ha demostrado que, efectivamente, la caridad nunca deja de ser.
«Testifico que aún se envían ángeles para ayudarnos… hablamos de aquellos que son instrumentos en la mano de Dios… no todos los ángeles provienen del otro lado del velo... los cielos nunca parecen estar más cerca que cuando vemos el amor de Dios manifestado en la bondad y la devoción de personas tan buenas y puras«. – Jeffrey R. Holland, «El ministerio de ángeles«
Pronto se organizó un calendario de comidas — almuerzo, merienda y cena — para cubrir las necesidades básicas de la familia. Los hermanos de la Iglesia abrieron sus hogares para recibir a familiares que llegaron de otras ciudades, mientras otros ayudaron con tareas del hogar y ofrecieron todo el apoyo posible.
“Este es el verdadero y puro amor de Cristo”, expresó una de las personas entrevistadas.
Milagros y el evangelio en acción

En medio de las lágrimas, también hay milagros. Hay paz, fortaleza y consuelo. El Espíritu del Señor se ha hecho sentir de forma suave, pero poderosa.
Quienes acompañan de cerca esta situación dan testimonio de que, aunque no entiendan todos los “porqués”, han sentido los brazos del Salvador sosteniéndolos. La fe en el plan de salvación se ha convertido en un ancla para todos.
“Ha sido un testimonio vivo de que el plan de salvación es real. De que la muerte no es el final. El dolor sigue presente, pero viene acompañado de esperanza. Y esa fe ha tocado hasta los corazones más endurecidos. La luz de Cristo sigue brillando, incluso en medio de la oscuridad”, contó un familiar.
La ausencia duele, pero la esperanza de un reencuentro eterno da fuerza para dar cada paso.
Cómo ayudar

El tiempo pasará, pero la necesidad de apoyo no desaparecerá. La prioridad ahora es cuidar de los niños — quienes perdieron a su papá y a su mamá, pero no están solos. Hay una red de amor que se está formando a su alrededor y que necesita seguir firme.
Según los líderes del barrio, es fundamental velar por el bienestar no solo emocional y espiritual de los niños, sino también práctico y financiero. Layla y Marcos trabajaron duro para darles lo mejor.
Además del cuidado de los niños, los abuelos también necesitan apoyo constante. Ahora ellos son los pilares de esta nueva realidad, y cada gesto de ayuda — ya sea una visita, una conversación, una oración o un apoyo económico — marca la diferencia.
A través de oraciones y ayunos, incluso quienes están lejos pueden apoyar a la familia de Layla y Marcos.
“Esta ayuda silenciosa que todos están recibiendo, y que ni siquiera saben de dónde o de quién proviene, es muy significativa e importante. Podemos ver que están recibiendo fuerzas de los cielos”, compartió otra fuente cercana a la familia.
Quienes deseen seguir y apoyar directamente a esta familia, pueden hacerlo a través de @justiciaporlaylaemarcos.
Fuente: Maisfe.org