El matrimonio es un mandamiento, pero ¿casarme joven también lo es?

manos del matrimonio

En la Iglesia de Jesucristo, el matrimonio en el templo no es solo lo que toda persona necesita para alcanzar la exaltación (la mayor bendición de todas), es también un mandamiento.

Sin embargo, ¿casarse joven también es un mandamiento? 

Bueno, si ya llevas varios años siendo miembro de la Iglesia de Jesucristo, te habrás dado cuenta de que el matrimonio siempre es un tema muy recurrente. Los líderes hacen mucho hincapié en ello y probablemente sea así por la siguiente razón:

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán cuna sola carne”. (Génesis 2:24)

Veamos qué nos enseña la Iglesia de Jesucristo, qué nos dicen las Escrituras y qué ejemplos que rompen con este estereotipo básicamente cultural.

A veces podemos sentirnos frustrados por no cumplir con las expectativas culturales de la edad matrimonial dentro de la Iglesia. Imagen: Canva

Un matrimonio honorable, feliz y próspero es la meta principal de toda persona. El matrimonio es quizás la más vital de todas las decisiones, la que tiene efectos de más alcance, ya que tiene que ver no solo con la felicidad inmediata, sino también con el gozo eterno. 

Cuando una persona no alcanza el matrimonio entre los 20 y 30 años, es cultura entre los miembros de la Iglesia bromear con el hecho de que serán “ángeles ministrantes”, pues se quedarán solitarios y sin exaltación (Doctrina y Convenios 132:17).

Apresurarnos por cumplir expectativas pueden llevarnos a cometer graves errores con decisiones sumamente importantes. Imagen: Canva

Tal vez por ello los jóvenes sentimos muchas veces la presión, y la obligación de casarnos “jóvenes”, y podemos cometer el error de tomar la decisión más importante de nuestra vida de forma apresurada

Los niños serán bautizados para la remisión de sus pecados a la edad de ocho años, dice el Señor (Doctrina y Convenios 68:25, 27), pero no encontramos ese mismo estándar para el matrimonio, en ningún discurso, versículo o declaración profética.

Sheri L. Dew es un importante ejemplo de que no hay una edad específica para casarce. Foto: Monique Saenz, BYU-Hawai

Sheri L. Dew, de 70 años, es vicepresidenta ejecutiva y directora de contenido de Deseret Management Corporation y ex miembro de la presidencia general de la Sociedad de Socorro. En 2003 fue descrita como la “mujer soltera Santo de los Últimos Días más prominente en esos tiempos”.

La hermana Kristin M. Yee, segunda consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro, tiene 42 años, es soltera y es reconocida por su excelente trayectoria profesional, debido a que trabajó como artista y productora en Disney Interactive Studio. 

El plazo para el matrimonio no tiene una fecha de vencimiento. Foto: Deseret News

Esto nos enseña que, incluso estando solteras, estas grandes mujeres rompen con todo los esquemas o “estigmas” culturales que la sociedad dentro de la Iglesia podría colocar en ellas. Aun sin estar casadas, se han mantenido fieles al Señor y Su Iglesia.

Y no solo eso, han liderado y continúan liderando la Iglesia con grandes responsabilidades. El Señor confía en ellas, y, aunque no estén casadas, cumplen con todos los mandamientos, pues el plazo para el matrimonio no tiene una fecha de vencimiento.

Además, el Manual General de la Iglesia señala que los líderes de la Iglesia no deben aconsejar a una persona en cuanto a con quién debe casarse y tampoco son llamados a ser consejeros profesionales (31.3.5 y 6).

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Es por ello mismo que la “edad ideal” para el matrimonio termina siendo un tema más cultural que eclesiástico. Imagen: Freepik

Las condiciones económicas, familiares, sociales, e incluso el nivel de madurez de las personas no es el mismo en todos los países. Algunos jóvenes maduran antes o después que otros.

Es por ello mismo que la “edad ideal” para el matrimonio termina siendo un tema más cultural que eclesiástico.

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No es un mandamiento casarse joven, y no está mal tomarse un tiempo para meditar en aquella decisión celestial. Imagen: Canva

En conclusión, el matrimonio es la decisión más importante que una persona puede tomar en su vida, tal como enseñó el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

“La manifestación más elevada y santa del poder para sellar está en la unión eterna de un hombre y una mujer en matrimonio”.

No se debe tomar a la ligera y, nuevamente, no hay una edad establecida para el matrimonio, no es un mandamiento casarse joven y no está mal tomarse un tiempo para meditar en aquella decisión celestial. 

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