La vida como un miembro de Iglesia puede conllevar un viaje personal lleno de altibajos. Lo sé, me ha pasado.
Hay momentos en los que sientes una conexión profunda con el Espíritu: cada oración parece ser respondida y cada reunión fortalece tu fe. Pero también hay días en los que las dudas aparecen, las respuestas tardan en llegar y te preguntas si el camino que elegiste sigue siendo el correcto.
Esta es una realidad para muchos y no podemos negarlo.
Es natural tener preguntas y sentir que, a veces, las respuestas no llegan tan rápido como quisiéramos. Sin embargo, es justamente en esos momentos de incertidumbre donde nuestra fe puede crecer muchísimo más, donde podemos elegir quedarnos antes de elegir dejarlo todo: dejar la Iglesia y nuestra fe.

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:
“Para que nuestra fe realmente tenga raíces y sea duradera, tiene que estar en Él, y tiene que venir de nuestro conocimiento de Él, más que las observaciones o incluso la experiencia”.
Tus raíces están ahí. Todavía están ahí. La clave está en no permitir que esas dudas las ahoguen. ¿Cómo? Unsándoles como peldaños para fortalecer tu relación con Dios.
Antes de tomar decisiones drásticas, te invito a reflexionar con sinceridad estas cinco preguntas que podrían ayudarte a encontrar claridad en tu camino espiritual y a sacar la hierba mala de la decepción, el resentimiento y la duda.
1. ¿Estás huyendo de algo o corriendo hacia algo?

Hazte esta pregunta con honestidad: ¿estás dejando la Iglesia porque encontraste algo mejor, algo más verdadero, algo que te trae paz real? ¿O estás escapando de algo que te molesta: una experiencia dolorosa, una persona que no te agrada o con un carácter difícil, una doctrina que no entiendes?
No es lo mismo ir hacia la luz que simplemente alejarse de las sombras. Porque si se trata solo de huir… aquello que te causa dolor o incomodidad probablemente te seguirá.
Tal vez sea hora de preguntarte, ¿cuál es la verdadera razón por la que vas a la Iglesia? ¿Recuerdas cómo obtuviste tu testimonio?
“Las bendiciones siempre vendrán después de la prueba de vuestra fe. La perseverancia, la resiliencia, la actitud positiva y el aferrarse a las promesas que han recibido por medio del Espíritu Santo les ayudarán a perseverar en las pruebas necesarias”.
2. ¿Por qué otros se quedan, sabiendo lo mismo que tú?

Muchos jóvenes, incluso líderes y personas que admiras, también han leído cosas incómodas o se han enfrentado a dudas y preguntas difíciles. Y aún así, eligieron quedarse en la Iglesia. ¿Por qué?
No se trata de compararte con ellos, sino de aprender. Tal vez no es solo un problema de historia o doctrina. Tal vez es una lucha con la fe misma. Y si ese es el caso… ¿qué pasaría si, en lugar de buscar explicaciones perfectas, pides ayuda para desarrollar más fe?
¿Que pasaría si te dieras la oportunidad de conectarte una vez más a tu Padre Celestial? ¿Que pasaría si en lugar de criticar a quien no agrada pones tu atención en algo que te brindará un sentimiento positivo?
“Cuanto más aprendan acerca del Salvador, más fácil será confiar en Su misericordia, Su amor infinito y Su poder fortalecedor, sanador y redentor”. – Rusell M. Nelson, Conferencia general de abril de 2021
3. ¿Qué tan confiables son las voces que estás escuchando?

El algoritmo lo sabe: si empiezas a dudar, tus redes sociales se van a llenar de publicaciones, podcasts, TikToks y videos de personas que ya dejaron la Iglesia. Muchos suenan convincentes, pero… ¿te has preguntado qué quieren de ti? ¿Te están guiando con esperanza, amor y construcción o solo critican, se burlan y destruyen?
Muchos de ellos viven de hablar cosas para nada buenas de la Iglesia, respetamos su sentir y su opinión; sin embargo, ¿están realmente interesados en tu bienestar espiritual o solo quieren likes, seguidores o algún tipo de «revancha»?
¿Qué es lo mejor para ti?
“Cuanto más aprendan acerca del Salvador, más fácil será confiar en Su misericordia, Su amor infinito y Su poder fortalecedor, sanador y redentor”. – Jeffrey R. Holland, Conferencia general de abril de 2013
4. Si te vas… ¿qué es lo primero que harías?

Esta pregunta puede ser algo dura, pero también puede revelar mucho sobre lo que realmente te interesa. Si lo primero que piensas es: “¡Al fin podré tomar, consumir esto, hacer lo que deseo sin sentir culpa!”, entonces quizá no estás viviendo una crisis de fe. Tal vez estás en medio de una fuerte tentación.
La tentación también se puede trabajar, superar, transformar; pero solo si la reconoces por lo que es.
«El tamaño de tu fe o el grado de tu conocimiento no es lo importante; lo es la integridad que demuestras hacia la fe que tienes y la verdad que ya conoces». – Jeffrey R. Holland, BYU Speeches
5. ¿Qué tanto estás leyendo el Libro de Mormón?

Sí, lo sabemos: es la clásica respuesta que nos dan a todo, pero es real. Si pasas más tiempo viendo videos que critican a la Iglesia que leyendo las Escrituras, o más tiempo quejándote de algún líder o miembro de la Iglesia… ¿a quién estás dejando que moldee tu carácter?, ¿qué voz estás dejando entrar más?
No te digo que olvides todo lo que te desagrada o no comprendes, pero sí que no hagas de eso el foco de tu adoración. El Libro de Mormón es un buena fuente de inspiración, mucho más que cualquier otro contenido que puedas encontrar en una red social.
Date un tiempo para leerlo, meditar en él, orar y ya, con el corazón más tranquilo, decide cómo actuar.
“Les prometo que si cada día se sumergen en el Libro de Mormón, estarán vacunados contra los males de esta época”. – Russell M. Nelson, Conferencia general de octubre de 2017
La paz que buscas está más cerca de lo que crees

Se que la vida en la Iglesia no siempre es sencilla, nada en la vida lo es. Sin embargo, es precisamente en esos momentos donde podemos salir triunfantes y con una fe renovada. Como enseñó el élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles:
“Duden de sus dudas antes de dudar de su fe… Sin importar sus circunstancias, ni su historia personal ni la fortaleza de su testimonio, hay lugar para ustedes en esta Iglesia”. —Dieter F. Uchtdorf, “Vengan, únanse a nosotros”
Así que, si te encuentras en un momento de duda, confusión, incertidumbre o de dolor, te invito a reflexionar sobre estas cinco preguntas. Permítete sentir el amor del Salvador, busca respuestas con sinceridad y mantén tu corazón abierto a la guía del Espíritu. Elige quedarte. Elígelo a Él.

Recuerda que cada paso que das con fe te acerca más a la paz y la comprensión que buscas. Sé que será sí, el Señor nunca abandona a Sus ovejas.
“Nuestro Padre Celestial …sabe que aprendemos, crecemos y nos volvemos más fuertes al enfrentar y sobrellevar las pruebas por las que tenemos que pasar.”. —Thomas S. Monson, “No te dejaré, ni te desampararé”
La Iglesia es un lugar de aprendizaje, crecimiento y fortaleza. Un lugar donde, a pesar de nuestras imperfecciones, podemos encontrar esperanza y propósito en Cristo. Elige quedarte y si decides hacerlo, ahí estaremos, caminando juntos en la fe.