¿Por qué no se ha descubierto evidencia de ciudades y personajes del Libro de Mormón?

¿Por qué los arqueólogos no han encontrado nada en el Nuevo Mundo que pruebe que el Libro de Mormón es verdadero?

Esta es una de las preguntas más controversiales con respecto al Libro de Mormón: ¿Por qué los arqueólogos no han encontrado nada en el Nuevo Mundo que pruebe que el Libro de Mormón es verdadero?

Es una pregunta que tiene mucho sentido, así que en el nuevo episodio de Fe y Creencias, te lo explicamos:

Las descripciones geográficas dentro del Libro de Mormón en sí son notablemente consistentes entre sí, pero ninguno de los nombres del Nuevo Mundo que mencionaron en ese entonces se ha relacionado con algún sitio arqueológico de la actualidad. 

Ahora, eso no debería sorprendernos, porque, en palabras del arqueólogo Mark Wright: “No conocemos los nombres reales de la gran mayoría de las antiguas ciudades de Mesoamérica”.

Entonces, una cosa que debes comprender es que cuando se trata de los restos arqueológicos del Libro de Mormón, ni siquiera estamos totalmente seguros de dónde comenzar a buscar.

También debes darte cuenta lo que dijo Edwin Banhart que “menos del 1 por ciento de Mesoamérica ha sido estudiado profesionalmente”.

En 2015, el arqueólogo William Saturno estuvo de acuerdo con esa estadística y dijo:

“De todos los sitios mayas que sabemos que existen, hemos excavado menos del 1% de ellos… En los sitios que se han hecho excavaciones, sólo se ha excavado menos del 10% del 1%… sólo estamos arañando la superficie.”

Además de eso, esas estimaciones se realizaron antes de que saliera toda esta gran tecnología de sensores LIDAR, que ha revelado cuán ciegos hemos estado ante las vastas ruinas escondidas debajo de la espesa jungla de mesoamérica.

Entonces, cuando te preguntes por qué los arqueólogos no han identificado positivamente “hallazgos” relacionados con el Libro de Mormón, recuerda las palabras de George Stuart, quien fue el director del Centro de Investigación Maya: “La verdad es que no sabemos nada”.

No sólo los sitios aún no han sido excavados ni estudiados, sino que los que generalmente sí lo son, coinciden solamente con los últimos 100 y 150 años de historia del pueblo nefita.

Y, como si fuera poco, al final del Libro de Mormón, la civilización nefita fue completamente destruida por sus contrapartes, los lamanitas. Y luego, los lamanitas vivieron un ciclo constante de guerras.

Puede que sí se han encontrado evidencia

Algunos arqueólogos, como John Clark, creen que “se han encontrado ciudades del Libro de Mormón, que son muy conocidas y que sus artefactos se exhiben en los mejores museos, solo que se encuentran bajo las etiquetas arqueológicas de ‘maya’, ‘olmeca’, etc.” 

Y, a decir verdad, tiene un punto: Si un arqueólogo encontrase una vasija antigua, ¿cómo podría saber si es una vasija nefita o una vasija preclásica maya? Nuevamente, no conocemos los nombres antiguos de la gran mayoría de los sitios mesoamericanos y los textos escritos del Nuevo Mundo, en general, son muy escasos. 

Sin registros que puedan brindarnos un contexto más amplio de los sitios y sus artefactos, caminamos sin rumbo. 

¿Y qué hay de la Biblia?

Los restos arqueológicos del Viejo Mundo no sufren las mismas dificultades que los restos arqueológicos del Nuevo Mundo, sin embargo, la gran mayoría de los eventos en la Biblia todavía no han sido arqueológicamente probados.

Por ejemplo, ¿cuánta evidencia existe que pueda demostrar que miles de esclavos israelitas que abandonaron Egipto, cruzaron el Mar Rojo y vagaron 40 años por el desierto durante? Cero por ciento, esa es la realidad

.Un artículo del Jerusalem Post incluso dice: “El Éxodo es tan fundamental para nosotros y nuestras fuentes judías que es vergonzoso que no haya evidencia fuera de la Biblia que lo respalde”.

Por supuesto, el hecho de que no se haya encontrado evidencia no significa que estos eventos nunca sucedieron.

Cuando no hay pruebas contundentes, los estudiosos de la Biblia buscan pruebas de plausibilidad. El mismo principio se aplica al Libro de Mormón.

También hemos abordado este tema en un episodio sobre los anacronismos del Libro de Mormón. 

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