¿Ser socialista es lo mismo que vivir la Ley de Consagración?

Nota del editor: El siguiente artículo no busca generar controversias o contención. La respuesta ha sido extraída de askgramps.org

Pregunta

Mi hijo adulto dice que una sociedad socialista es lo mismo que vivir la Ley de Consagración. No creo que sea así, pero me gustaría entender cómo explicar las diferencias.

Respuesta

Si uno se enfoca únicamente en los resultados y objetivos externos (como parece estar haciendo tu hijo), entonces la Ley de Consagración y una Sociedad Socialista parecen ser muy similares. Pero si bien los resultados importan, también importa cómo se llega a ellos, y en algunos casos importa más. O para decirlo simplemente, “los fines no justifican los medios”.

La Ley de Consagración es totalmente voluntaria, al igual que el resto del evangelio. Es una oportunidad para que los miembros desarrollen la caridad y sirvan a Dios sirviendo y ayudando a nuestro prójimo. 

A medida que lo hacen, se vuelven más semejantes a Cristo y más conscientes de las necesidades a su alrededor que intentan ayudar a satisfacer. 

Este es el plan de Dios para nosotros porque eso es lo que Él hace y quiere que nos volvamos más como Él.

La Ley de Consagración es el plan de Dios. Cuando sabemos esto, no deberíamos sorprendernos en absoluto de que Satanás tenga una falsificación. Un plan que ‘promete’ salvar a todos mientras elimina la libertad y la responsabilidad. Un plan falso que parece muy bueno pero que en última instancia fracasará en traer a la realidad “la inmortalidad y la vida eterna del hombre”.

Las variaciones de una Sociedad Socialista promete que todos serán cuidados, pero que un individuo no tiene que preocuparse por nadie más. Vas a trabajar y pagas impuestos y el Gobierno se encarga de todo lo demás. 

Suponiendo que esto funcione, ¿cómo ayuda a un individuo a desarrollar la caridad y a volverse más semejante a Cristo? Cuando seamos juzgados y Cristo nos pregunte cómo nos volvimos más como Él… No creo que la respuesta “pagué mis impuestos” funcione para nosotros.

Porque el hombre natural se dará cuenta de que no necesita trabajar ni hacer nada para beneficiarse, y el hombre natural es inherentemente perezoso, por lo que la gente dejará de trabajar. 

Entonces, analicemos las diferencias.

Con la Ley de Consagración debemos depender de Dios.

Con el Socialismo debemos depender del Gobierno.

Si deseas aprender más, o escucharlo de una fuente política, te recomiendo estos dos discursos (en inglés) de Marion G. Romney.

Fuente: askgramps.org

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