Como un acto de bondad le permitió este hombre conocer el evangelio en prisión

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Según Prison Policy Initiative, casi 2,3 millones de personas se encuentran cumpliendo su sentencia en cárceles o prisiones en Estados Unidos. A nivel mundial, ese número supera los 10 millones.

En una visita a la prisión estatal de Utah, el élder Dale G. Renlund, del Quórum de los Doce Apóstoles, se reunió personalmente con algunos de los reclusos de este centro de máxima seguridad.

El élder Renlund conoció a un hombre que, 13 meses antes, pasó por una experiencia que cambió su vida. 

Elder Renlund

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Aquel joven atacó a un guardia debido a ciertos privilegios que le fueron quitados. Durante el ataque, dos reos que eran ex miembros de la Iglesia de Jesucristo detuvieron al joven. Aquella acción lo impactó profundamente.

A pesar de recibir más tiempo a su sentencia debido al altercado, aquel hombre agradeció que ambos jóvenes lo hayan detenido antes de que el incidente escalara de manera irreparable y comentó que fue la primera vez en su vida que alguien lo trató con bondad.

El élder Renlund compartió para Church News:

“Debido a este acto de bondad, [aquel hombre] pidió que un voluntario [de nuestra fe] pudiera visitarlo después de salir de su confinamiento solitario. Ha pasado un año desde que él empezó a reunirse regularmente con uno de nuestros obispos”.

El élder Renlund compartió que podemos aprender mucho de la acción de los reclusos que cambió el corazón de aquel hombre. 

“Lo que aprendemos es que el Señor puede usarnos en dondequiera que nos encontremos, si tan solo se lo permitimos, y así, poder bendecir la vida de los demás”.

Asimismo, el apóstol expresó que a pesar de que las personas en prisión han cometido errores graves, Dios todavía los ve como Sus amados hijos e hijas, con una naturaleza divina y un destino eterno, que pueden ser salvos y exaltados mediante la expiación de Jesucristo.

“Pueden progresar siempre y cuando estén dispuestos a arrepentirse, recibir más luz y conocimiento, y ser gobernados por la ley que los preserva y santifica”, dijo, refiriéndose a Doctrina y Convenios 88: 32-35.

Recordó también que la Iglesia es, para muchos, como un gran hospital y que, de cierta manera, todos estamos enfermos y necesitamos del poder sanador que ahí encontramos. Acudimos a la Iglesia para ser ayudados y sanados.

El élder Renlund dijo que deberíamos alegrarnos al saber que nuestros hermanos y hermanas en prisión se encuentran en el camino que los llevará un día de regreso al Ser que les dio la vida. 

“Deberíamos amarlos incluso cuando ellos no nos aman. Debemos orar por la clase de amor que el Salvador brinda a todos los que son Sus verdaderos discípulos”.

Si bien podríamos pensar que la mayoría de los que están en prisión son criminales que nunca cambiarán, tenemos la oportunidad de ministrar a aquellos que necesitan de la luz del evangelio, con caridad y compasión, ellos podrán prepararse y tener una vida mejor cuando cumplan con su sentencia.

En muchas areas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se ha iniciado la ministración en prisiones.

Doug Richens, gerente de la Iglesia para la Ministración en Prisiones, dijo:

“La expiación de Jesucristo y la influencia del Espíritu Santo penetra los muros de la prisión y bendice a los hijos de Dios… El Señor ministra a través de muchos medios para llevar luz a aquellos en lugares oscuros”.

Para más información visita churchofjesuschrist.org.

Fuente: Church News

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