Pregunta
Hola, ¿ustedes creen que con los avances en la ciencia espacial, será posible descubrir otras tierras?
Respuesta
En abril de 2014, astrónomos anunciaron el descubrimiento de Kepler-186f, un planeta ubicado a unos 500 años luz, en la constelación del Cisne.
Este hallazgo fue significativo debido a que Kepler-186f se encuentra en la zona habitable de su estrella, a una distancia ideal para que pueda existir agua líquida: un elemento clave para la vida tal como la conocemos.
El telescopio espacial Kepler, que operó entre 2009 y 2013, hizo posible este descubrimiento al detectar la leve disminución de luz cuando un planeta pasa frente a su estrella.
Kepler-186f es un exoplaneta, es decir, un planeta que orbita una estrella fuera de nuestro sistema solar. Es apenas un 10 % más grande que la Tierra y se cree que es rocoso, lo que aumenta aún más su potencial de ser habitable.
Según la Enciclopedia de Planetas Extrasolares, hasta hoy se han confirmado más de 1,700 exoplanetas, y cerca de 350 son de un tamaño similar al de la Tierra. Este descubrimiento refuerza la idea de que podrían existir miles de millones de mundos parecidos al nuestro en nuestra galaxia.
Estos hallazgos tienen implicaciones que van mucho más allá de la curiosidad científica: plantean preguntas profundas sobre nuestro lugar en el universo y sobre la posibilidad de vida en otros planetas. Estudios de las universidades de California-Berkeley y Hawái sugieren que en la Vía Láctea podría haber decenas de miles de millones de planetas del tamaño de la Tierra y potencialmente habitables.
El interés por la vida extraterrestre no es nuevo: científicos y creyentes han debatido durante años sobre cómo afectaría este hallazgo a la visión de la humanidad y la fe. Para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la idea de vida más allá de la Tierra no solo es plausible, sino que está respaldada por las Escrituras.
En el Libro de Moisés, Dios declara a Moisés:
“Y he creado incontables mundos, y también los he creado para mi propio fin; y por medio del Hijo, que es mi Unigénito, los he creado». (Moisés 1:33)
El profeta Enoc añadió:
“Si fuera posible que el hombre pudiese contar las partículas de la tierra, sí, de millones de tierras como esta, no sería ni el principio del número de tus creaciones; y tus cortinas aún están desplegadas; y tú todavía estás allí, y tu seno está allí; y también eres justo; eres misericordioso y benévolo para siempre”. (Moisés 7:30)
Para los Santos de los Últimos Días, la vasta creación de Dios es un recordatorio de Su poder y amor infinitos. La visión cosmológica de la Iglesia sugiere que Dios no limita Su obra a nuestro planeta o incluso a nuestro sistema solar.
La posibilidad de que existan otros mundos habitados y seres inteligentes es coherente con la doctrina de una creación sin límites. En palabras de un líder de la Iglesia:
“Nadie en su sano juicio, creo yo, dudaría de que la tendencia de la investigación moderna favorece la suposición de que puede haber vida en alguno de esos otros planetas”.
En lugar de temer estos descubrimientos, los Santos de los Últimos Días los ven como una confirmación de su fe. Para ellos, la ciencia y la religión no se contradicen, sino que se complementan.
José Smith enseñó que “el espacio es infinito” y que no hay “cortinas que lo limiten”, invitando a los creyentes a explorar y aprender con asombro.
En última instancia, el avance de la ciencia, como el descubrimiento de Kepler-186f, amplía nuestra comprensión del cosmos y despierta una curiosidad natural por saber más sobre nuestro lugar en la creación.
La Iglesia anima a sus miembros a buscar conocimiento y a ver la exploración del universo como una forma de profundizar su fe en Dios y Su obra sin fin.
Fuente: Askgramps
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FIGO
Me emociona saber sobre estos temas muy emocionantes