Sé de buen ánimo, eres parte del equipo ganador

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“Cuando los tiempos son difíciles y las cosas no parecen ir como se planearon, debemos tener fe en el poder del Salvador para sostenernos. Somos parte de Su equipo ganador”.

No son las grandes cosas las que nos traen alegría, no de manera directa. Son las pequeñas cosas las que nos hacen felices. Las grandes cosas son el resultado de las innumerables pequeñas cosas que hacemos. 

Todos hemos recibido alguna llamada que no ha sido contestada. Con la tecnología actual y nuestras vidas ocupadas, inevitablemente sucederá incluso si es que aún no lo has experimentado, y es algo que puede ocurrir con mucha frecuencia.

Es por esa razón que se han implementado planes de respaldo: El reenvío de llamadas, los contestadores automáticos, las llamadas en espera, etc. Pero las llamadas realmente importantes generalmente se programan, el tema y la conversación se preparan con anticipación.

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¿Por qué?

Debido a que el tema es tan importante que no queremos perdernos la oportunidad de hablar y abordar el problema o la situación en cuestión, ¿verdad? Creo que todos podemos estar de acuerdo en eso.

A pesar de nuestras mejores intenciones en la vida, todavía experimentamos momentos de culpa, arrepentimiento, pena y dolor. Afortunadamente, nuestra propensión a seguir a Cristo reemplaza esos sentimientos con perdón, gratitud, alegría y alivio. 

Entonces, en medio de nuestras dificultades, podemos enfocarnos en lo que es realmente esencial y encontrar gozo en las cosas simples que la vida tiene para ofrecer. 

En lugar de esperar el día en que todo sea perfecto y finalmente podamos ser felices, haz que hoy sea el día en que te permitas ser feliz, incluso en medio de las dificultades. Brinda alegría a los demás en tu búsqueda, eso te convertirá en el dueño de tu destino, más que la consecuencia de tus circunstancias.

Quizá estés pensando: “Es mucho más fácil decirlo que hacerlo”. Estás en lo cierto. Es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero las cosas que valen la pena nunca son fáciles, e incluso tal dificultad puede ser valiosa.

A menudo vemos la falta de fidelidad de los demás como una debilidad o deficiencia, sin embargo, es ahí donde todos debemos demostrar nuestra confianza en Jesucristo, especialmente en nuestras propias circunstancias.

Al enfrentar obstáculos difíciles en nuestras vidas o las de nuestras familias, debemos ser valientes. Somos testigos de los desafíos de las buenas personas que no parecen merecer las dificultades que enfrentan. ¿Qué hacemos entonces?

Al enumerar los principios del Evangelio, es algo normal que empecemos con la fe, y con mucha razón. La fe en Jesucristo es el fundamento de nuestras vidas, la cual es base de otros principios y ordenanzas del evangelio.

La fe en Jesucristo también encaja convenientemente con el último principio del evangelio.

Cuando los tiempos son difíciles y las cosas no parecen ir como se planearon (o menos de lo esperado), debemos tener fe en el poder del Salvador para sostenernos y ayudarnos, podemos elegir tener confianza en Su plan.

Sé de buen ánimo, eres parte del equipo ganador.

Los cambios que se perciben con el tiempo

Te compartiré una pequeña historia. Cuando iba a la universidad, siempre me sorprendía la constante construcción y renovación que se realizaba en el campus: las bibliotecas, los edificios nuevos y remodelados, los estacionamientos y las áreas verdes.

Cuando tuve la suerte de trabajar en el campus, regularmente veía esta situación llevarse a cabo una y otra vez. Un día, cuando salía del campus, observé la construcción, los escombros y los equipos que se utilizaban. La próxima vez que paseé por ese lugar en particular, la construcción del edificio estaba completa, habían campos de césped, flores y árboles de gran tamaño adornando el paisaje. 

Me sorprendió que toda esa área pudiera transformarse en tan poco tiempo. Alguien que no había visto la construcción en su anterior estado pensaría que el campus ha lucido así por años. Tan sorprendente como fue este cambio, para el estudiante observador, fue algo fácil de reconocer.

Este fenómeno no solo tiene lugar en un campus universitario. Estamos viendo un milagro similar en todo el mundo hoy en día, que ha sido profetizado por más de dos mil años. Los testigos que observan el cumplimiento de este fenómeno testifican que esto es aún más milagroso.

El reino de Dios en la tierra es como una piedra cortada sin mano:

“Las llaves del reino de Dios han sido entregadas al hombre en la tierra, y de allí rodará el evangelio hasta los extremos de ella, como la piedra cortada del monte, no con mano, ha de rodar, hasta que llene toda la tierra”. -Doctrina y Convenios 65: 2

Los cambios y milagros del Señor está en todas partes. Solo tienes que detenerte por un momento, observar y reconocerlo.

La próxima vez que uses tu teléfono, recuerda que el plan de Dios es hacerte feliz, hay mucho que no vemos, pero Él sí. Su plan está disponible para todos nosotros, es una llamada que no querrás perderte…

Fuente: ldsblogs.com

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