Pregunta
Mi novio y yo somos miembros de la Iglesia de Jesucristo y desde hace años hemos construido una relación sólida. Lo amo mucho y estoy lista para casarme con él, pero todavía no me ha pedido matrimonio.
Ambos tenemos trabajos estables y podríamos solventar nuestro futuro hogar.
Aunque tengo el gran deseo de casarme, sé que el matrimonio es una decisión importante y eterna; por eso, quiero asegurarme de que él también esté listo para dar ese paso. ¿Qué más podría hacer?
Respuesta
En La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se enfatiza la importancia de tener un noviazgo con propósito; es decir, un noviazgo que tenga como finalidad el matrimonio.
“Recuerden, jovencitas, la importancia del noviazgo apropiado… Nuestro Padre Celestial desea que salgan con jóvenes que sean fieles miembros de la Iglesia, que sean dignos de llevarlas al templo y casarse a la manera del Señor”. (Ezra Taft Benson, “A las Mujeres Jóvenes de la Iglesia”).
Si tienes el deseo de casarte y tu novio aún no te ha pedido matrimonio, lo más recomendable es que hables con él sobre sus sentimientos y expectativas.
Es importante que ambos estén en la misma página y que se comuniquen abierta y honestamente sobre sus intenciones a corto y largo plazo en lo espiritual y temporal.
No tengas miedo de expresar tus pensamientos y anhelos, si tu novio te ama, te comprenderá. Asimismo, dale la confianza a él para que se pueda abrir contigo.
También es aconsejable que oren juntos y busquen la guía del Espíritu Santo para tomar decisiones sabias y bien informadas.
“En toda decisión importante hay que actuar con cautela y consideración, pero una vez que haya habido inspiración, cuídense de la tentación de alejarse de algo que sea bueno.
Si todo estaba bien cuando oraron al respecto, confiaron en ello y vivieron para ello, todavía sigue siendo correcto ahora.
No se rindan ante la presión y sobre todo no se rindan a ese ser que está laborando concienzudamente para destruir la felicidad de ustedes.
Hagan frente a las dudas; controlen sus temores. ‘No perdáis, pues, vuestra confianza’ [Hebreos 10:35]. Manténganse fieles y admiren la belleza de la vida que se despliega ante ustedes”. (Jeffrey R. Holland, “No perdáis, pues, vuestra confianza”).
Las acciones que tomen después de conversar, orar y meditar serán clave para las consecuencias que desean para la eternidad. Por ello, es vital que hablen con honestidad. Nada malo puede ocurrir, simplemente las cosas tomarán el curso que les corresponde.
“Cuando ponemos a Dios en primer lugar, todos los demás aspectos de nuestra vida pasan a tener la posición que les corresponde o desaparecen de ella”. (Ezra Taft Benson, “El Señor en primer lugar”).
Una conversación seria puede ayudarte a ahorrar tiempo y un corazón roto. Mientras menos tiempo demores en tomar la decisión correcta, más tiempo tendrás para vivir con la persona que Dios preparó para ti.
Finalmente, recuerda que el matrimonio es una decisión importante y eterna, y deben asegurarse de que ambos estén listos para dar ese paso antes de comprometerse.
“Cuando hay amor verdadero, se alberga la esperanza y se ruega en oración que la relación con el ser amado continúe por siempre”. (John A. Widtsoe, “Evidences and Reconciliations”, págs. 297–301).
Espero que esto te haya ayudado. Si necesitas algo más, no dudes en preguntar.
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