10 formas sencillas y significativas de servir a quienes te rodean

ministración

Cuando pensamos en un acto de servicio que cambie la vida, podríamos imaginar una hazaña sobrehumana que tome incontables horas de preparación.

Sin embargo, la verdad es que algunos de los actos de servicio más significativos y memorables son muy sencillos, casi sin planificación ni esfuerzo.

A continuación, mencionaré 10 ejemplos de actos sencillos de servicio que podrían ayudarte a encontrar la manera perfecta de servir a quienes te rodean.

1. Brindar consuelo

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“Hace casi 5 años, me diagnosticaron con Hashimoto, una enfermedad autoinmune. Desarrollé una ansiedad terrible. Demoré 6 semanas en recuperarme lo suficiente como para salir de casa.

Me alegraba volver a la Iglesia. Sin embargo, no podía entrar a la capilla porque mis crisis de ansiedad eran muy fuertes. Me sentaba con mis hijos en el vestíbulo y lloraba. Después de la Santa Cena, acompañaba a mis hijos a clase y, luego, me sentaba en el salón de la Sociedad de Socorro y lloraba hasta que terminaban las clases. 

Una hermana se sentó conmigo domingo tras domingo, me sostuvo la mano, me acompañó mientras lloraba. Significó mucho para mí no estar sola. 

Las hermanas que me ayudaron esos dos primeros y horribles años me enseñaron mucho sobre la compasión y el valor de estar con alguien que lo necesita”. – Mary

2. Dar un abrazo

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“Cuando sentía que nadie en la Iglesia me quería cerca, una querida hermana vino hacia mí y me abrazó. Todavía puedo sentir la calidez de su abrazo y el amor que me mostró ese día. Me dio la fuerza para seguir intentándolo. A menudo, pienso en cómo su amabilidad hizo una gran diferencia para mí ese día. ¡Amaré a esa dulce hermana para siempre!” – Sandra

3. Ofrecer ayuda

bondad

“Después de que mi esposo tuvo un accidente que cambió su vida, una hermana del barrio me dijo: ‘Llegará un momento en el que necesitarás algo y no sabrás a quién pedirle ayuda. Pídemela a mí’. Lo hice, y ella me ayudó más de lo que le pedí. Se tomó  el tiempo de escucharme y consolarme, además de brindarme el servicio que necesitaba. Nunca lo olvidaré”. – Luz

4. Ser amable

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“Cuando recién me casé, mi esposo tenía que trabajar los domingos. Así que fui sola a nuestro nuevo barrio. Una hermana vino, se sentó a mi lado, se presentó y me dijo los nombres de algunas de las personas que estaban a nuestro alrededor. Han pasado 17 años y todavía recuerdo ese hermoso acto de amabilidad”. – Luisa

5. Siempre estar presto a servir

resurrección

“Era agosto y tenía 8 meses de embarazo y me había fracturado el codo. Muchas personas me prestaron servicio. Pero, el amor que mi presidenta de la Sociedad de Socorro me brindó fue más allá cuando vio mis necesidades y las satisfizo sin preguntar. El mayor acto de servicio que hizo fue trenzar mi larga cabellera y la de mi pequeña hija”. – Anna

6. Ofrecerse a acompañar a alguien a ir a la capilla

servicio

“Después de varios años de inactividad, mi maestra visitante me preguntó si podía venir a mi casa y recogerme para ir a la iglesia al día siguiente.  Lo hizo y he permanecido activa desde entonces. Eso fue hace más de 10 años, y cada vez que entro a una capilla o un templo, pienso en ella”. – Karen

7. Cuidar a alguien que esté delicado de salud

perdonar

“Tengo un hijo discapacitado. Durante varios años, tuvo un tubo en la garganta. Por alguna razón, no pude conseguir ayuda para cuidarlo. Una hermana que no conocía se me acercó en la iglesia y me preguntó si le podía mostrar cómo cambiar el tubo traqueal de mi hijo. Pensé que era un pedido extraño. Pensé que era muy curiosa. Pregunté, ‘¿por qué?’ y respondió: ‘Así podré cuidarlo por usted’. Terminó siendo una de mis mejores amigas y me dio un alivio muy necesario”. – Carla

8. Mostrar preocupación

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“Después de mudarme a un nuevo barrio, me enfermé. Todavía no conocía a nadie muy bien. Pero, una madre joven y amable vino a ver cómo estaba. Me trajo algunas bebidas y comida. No necesitaba nada. Pero, me alegró saber que a alguien le importaba en un lugar en el que no conocía prácticamente a nadie. Nunca olvidaré ese simple acto de amabilidad”. – Patricia

9. Amar como Cristo ama

perdonarte

“Me había dislocado el tobillo y mi presidenta de la Sociedad de Socorro, a quien llamaba “mamá azul”, se despertaba muy temprano para ayudarme a subir al autobús. Volvía más tarde para limpiar mi casa, lavar mi ropa y hablar conmigo. Ella llenó mi corazón de mucho amor por ella. Realmente había desarrollado los atributos de Cristo”. – Lidia

10. Hacer visitas

“Un grupo de hermanas me trajeron galletas y me invitaron a una actividad justo después de que les dije a mis compañeras de habitación que probablemente dejaría de asistir a la iglesia. Mis compañeras de habitación querían decirles a las hermanas que se fueran, pero yo no podía ignorar su acto de amabilidad. Nunca abandoné la Iglesia”. – Francesca

Esta es una traducción del artículo que fue publicado originalmente por ldsliving.com con el título “The Small, Simple Acts of Service That Changed the Live of These 10 People”.

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