Cómo hacer sentir a cada persona como parte de la Iglesia

hombrre joven dando la bienvenida

Una vez, durante una reunión en la Iglesia, le pasé la bandeja de la Santa Cena a un hombre a mi derecha, pero él no la aceptó. Tratando de ocultar mi sorpresa, giré y se la pasé a otra persona. 

En la reunión sacramental tuvo un comportamiento muy distinto al resto, podía sentir tensión en el ambiente, lo que me hizo suponer que estaba pasando por una gran dificultad. 

mujer recibiendo la santa cena

Le pasé la bandeja de la Santa Cena a un hombre que estaba a mi derecha. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

No sé si mi suposición fue correcta y no recuerdo haber visto otra vez a ese hombre, sin embargo, nunca olvidaré esa experiencia. 

Desde ese momento, me he preguntado de qué forma podemos ayudar, como Santos de los Últimos Días, a las personas que suelen sentirse apartadas de la Iglesia debido a que se les ha restringido sus derechos como miembros. 

Debido a esto, comparto las maneras en que podemos ayudar a las personas a sentirse bienvenidas en la Iglesia aunque no puedan participar plenamente de ella. 

1. Ámalos

dar un abrazo

Amar a los demás. Imagen: Canva

Por lo general, muchos de nosotros no sabemos si un miembro del barrio está pasando por este tipo de dificultades. Tal vez tenga miedo de hablar con el obispo sobre las decisiones que tomó en el pasado y ha optado por iniciar el proceso de arrepentimiento a su manera.

Sin embargo, lo que sí podemos asegurar es que algunas personas que viven esta experiencia se sienten excluidas en la Iglesia o incluso, como extraños. 

Durante el ministerio de Jesús nadie fue excluido, ya que Él consideraba a todos como parte de Su pueblo.

manos

Muchos de nosotros no sabemos qué miembros pasan dificultades, pero aún así podemos ayudarlos a sentirse bienvenidos. Imagen: Canva

En la conferencia general de octubre del 2013, el obispo Gérald Caussé, explicó la manera en que Jesucristo mostró compasión y respeto hacia todos:

“Los excluidos sociales, los que eran rechazados y considerados impuros por los que se creían superiores, recibieron Su compasión y respeto; recibieron una parte igual de Sus enseñanzas y Su ministerio”.

Ahora, después de 2000 años tenemos la sagrada responsabilidad de ayudar a Sus ovejas. El obispo Caussé agregó: 

“A lo largo de la historia, el pueblo de Dios ha recibido el mandamiento de cuidar de los extranjeros o de aquellos vistos como diferentes… En esta Iglesia no hay extranjeros ni marginados, solo hay hermanos y hermanas”.

abrazo entre amigas

Ama a tus amigos. Imagen: Canva

Pensemos en esto por un momento: no hay extranjeros ni marginados en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, pero ¿cómo podemos hacer que esto sea una realidad?

La respuesta es sencilla: con amor. 

Tal como lo indica Juan 13:34-35, el Salvador nos ama a pesar de nuestros errores; entonces, nosotros, como Sus discípulos, también debemos ayudar a los demás a sentir esperanza en momentos de profunda desesperación. 

Por medio de nuestro amor hacia los miembros que pasan por este tipo de desafíos, estas personas también sentirán el amor que Cristo tiene por ellas.

2. Trátalos como si fueran parte de tu familia o círculo cercano de amigos 

Trátalos como si fueran parte de tu familia o círculo cercano de amigos. Imagen: Canva

El himno “Señor, yo te seguiré” tiene grandes y poderosos recordatorios que son útiles cuando se trata de ayudar a las personas que están tratando de buscar su camino de regreso a la senda del convenio. 

En el segundo verso de esta canción dice: 

 “Yo a nadie juzgaré; es imperfecto mi entender”.             

Esto nos recuerda que todos pecamos y que no debemos juzgar a otros que son imperfectos ante nosotros. En el último verso, leemos:

“Quiero yo amar a todos, pues yo tengo Tu amor”.

Este último verso nos recuerda que aunque no seamos familia o no pertenezcamos al mismo barrio, somos hermanos espirituales y debemos amarnos los unos a los otros sin esperar nada a cambio. 

amigos en Iglesia

Somos hermanos espirituales y debemos amarnos los unos a los otros sin nada a cambio. Imagen: Canva

Tener esta perspectiva puede cambiar nuestro enfoque al interactuar con alguien que no puede participar plenamente como miembro de la Iglesia de Jesucristo. Si los tratamos como un ser querido o un amigo, podremos comprender sus pruebas. 

Es probable que lleguemos a amar mucho a esa persona y veamos el potencial que tiene para superar sus desafíos. 

3. No soluciones sus problemas

amigos juntos

No soluciones sus problemas. Imagen: Shutterstock

Si alguien ha quebrantado un mandamiento, tal vez queramos arreglar esta situación para que puedan estar en una mejor situación espiritual y emocional lo más pronto posible. Sin embargo, es fundamental recordar que el arrepentimiento es un proceso individual y debe experimentarlo por sí misma.

3 Nefi 9:20 nos dice cómo es el proceso personal de arrepentimiento: 

Me ofreceréis como sacrificio un corazón quebrantado y un espíritu contrito”

Ese tipo de sacrificio no es algo que tú puedas ofrecerles a otras personas: un corazón quebrantado y un espíritu contrito. Lo mencionado debe surgir de la misma persona, si desea acercarse cada vez más al Señor. 

amigos dandose las manos

Ayuda a tu amigo. Imagen: Shutterstock

El arrepentimiento es un proceso que lleva tiempo. Forzar a alguien a hacer esta transición solo impedirá que pueda cambiar, el amor por Dios debe ser su motivo.

En lugar de tratar de forzar el proceso, podemos demostrar que independientemente de la etapa de arrepentimiento en la que se encuentre esa persona, haremos todo lo posible por amarla y respetarla.

4. No le preguntes nada inapropiado

mujer sentada en el parque

No hagas preguntas que sean incómodas o muy personales. Imagen: Canva

Si conoces a alguien que no está participando plenamente como miembro de la Iglesia, tal vez puedas sentirte tentado a preguntarle acerca de los detalles de su situación. Lo más probable es que esa persona quiera mantener dicha información para sí misma, los líderes de la Iglesia y Dios.

En el manual de la Iglesia, leemos

“El propósito de la confesión es alentar a los miembros a liberarse de la carga, de modo que puedan procurar plenamente la ayuda del Señor para cambiar y sanar” 

Si sabes de alguien de la Iglesia que está atravesando por esta situación, está recibiendo la ayuda de los líderes y ha tomado la iniciativa correcta de arrepentirse, cambiar y sanar, dale un lugar para que pueda acercarse más al Padre Celestial y su Hijo, Jesucristo. 

mujer preocupada

Escucha a los demás. Imagen: Canva

Sin embargo, si alguien desea comentarte cuál es su situación, escucha y busca la manera apropiada de apoyarla en su regreso a la senda del evangelio. 

La psicóloga, Wendy Ulrich, comentó:

“Contar nuestras experiencias a alguien que nos ama y nos apoya, nos ayudará a sentirnos menos solos con nuestra propia vergüenza. 

Debido a que el objetivo de la vergüenza es excluirnos, volver a entablar conexiones con amigos que nos quieren nos recuerda nuestro valor como personas”. 

Convertirte en un apoyo y amar a esa persona puede ser justo lo que necesita para reconocer su valor como hijo o hija de Dios.

5. Fortalece tu amistad 

mujeres corriendo a la cima

Ayuda a tu amigo. Imagen: Canva

En un artículo de Ensign, leemos algunas ideas valiosas sobre cómo mejorar nuestras relaciones con los demás.

“Una amistad toma tiempo en desarrollarse. Busca oportunidades para mantenerte en contacto. Estudios demuestran que hacer saber a la gente que te importa es esencial para una relación sana”.

Una buena iniciativa para ayudar a alguien que no participa plenamente en la Iglesia es demostrarle que te importa. Pero, no te apresures, como dice el artículo, las relaciones toman tiempo.

Es probable que esa persona esté atravesando por muchas emociones difíciles y que aún no esté preparada para abrirse contigo. 

Para desarrollar una relación sólida con esa persona es necesario que la conexión sea genuina.

amigas abrazo

Abraza a tu amigo. Imagen: Canva

Es necesario ir más allá de lo superficial y realmente conocer a la otra persona, lo cual puede contribuir a una relación mutuamente satisfactoria. Una forma efectiva de hacerlo es escuchando activamente.

El artículo señala:

“Escuchar es fundamental para comunicar lo que realmente nos importa. Cuando prestamos atención y escuchamos de verdad, aumentamos nuestras posibilidades de ayudar a otros a acercarse a Cristo, ya que comprendemos mejor sus necesidades y ellos se sienten amados, comprendidos y seguros”.

Si nos tomamos el tiempo de escuchar, podremos ayudar a esa persona a sentirse segura y venir a Cristo. El resultado será que el Señor pueda producir un verdadero cambio y sanación en su vida.

Fuente: LDS Living

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