Vivían a más de 5000 km, pero conocer el Evangelio los unió por la eternidad

Nowah Afangbedji es originario de Togo, un país de África occidental, que conoció el evangelio gracias a su padre.

Durante un viaje de negocios a Dinamarca, su padre, que no era un hombre religioso, se convirtió en miembro de la Iglesia de Jesucristo. Al volver a casa, le contó a su familia sobre su experiencia espiritual. Además, les comentó que la Iglesia aún no tenía una sede en su país.

Sin embargo, los miembros de la Iglesia de Dinamarca, le aconsejaron buscar a otros Santos de los Últimos Días en Togo, se reuniera con ellos y adoraran juntos mientras no tenían una capilla ahí.

Así fue como se puso en contacto con un hombre que también era miembro y se convirtió a la Iglesia mientras trabajaba en Londres. Entonces, ese hombre y su familia junto a la familia de Nowah comenzaron a reunirse en un pequeño departamento.

evangelios

Foto: Canva

Pronto, la Iglesia envió un misionero que recién había retornado de su servicio de tiempo completo y que hablaba ewé, un idioma tribal de Togo. Este misionero enseñó el Evangelio a las dos familias.

En ese tiempo, Nowah, también asistía a la iglesia católica. Sin embargo, eso cambió cuando escuchó la historia de la restauración.

“Aprender sobre la historia del profeta José Smith fue muy inspirador para mí [porque] en ese momento yo tenía 14 años.

Al saber que José Smith se acercó al Señor a los 14 años, me hizo sentir realmente inspirado y empoderado porque estaba cansado de correr para asistir a dos iglesias todos los domingos.

En ese tiempo, la verdad que se enseñaba en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días era muy sencilla. Tenía mucho sentido para mí”, dijo Nowah.

Al igual que José Smith, Nowah oró para saber qué iglesia era la verdadera y decidió que no podía negar el Espíritu que sentía cuando su pequeño grupo de Santos de los Últimos Días se reunía en un departamento para adorar.

Imagen: Canva

Unos años después, el élder James O. Mason, entonces presidente del Área África Oeste, organizó el primer grupo oficial de Santos de los Últimos Días, con la asistencia de unos 25 Santos de los Últimos Días.

En septiembre de 1997, Nowah se bautizó en la piscina de un hotel junto con varios familiares y amigos. Diez años después, en 2007, el élder David A. Bednar dedicó la tierra de Togo para la predicación del evangelio de Jesucristo.

“Ese fue otro milagro, porque poco después de esa dedicación, el gran interés de las personas que querían saber más sobre la Iglesia se disparó”, dijo Nowah.

El primer distrito se creó en Togo entre 2009 y 2013. Los miembros de las 12 ramas en Togo se reunieron en una capilla para presenciar cómo el élder Terence M. Vinson organizaba la primera estaca en el país.

“Cada vez que voy a casa, me emociono al recordar el pequeño grupo que éramos”, dice Nowah.

Asimismo, agregó que es interesante pensar en el enorme contraste que hay entre el edificio a donde asisten los Santos de los Últimos Días ahora con el pequeño departamento donde todo empezó.

capilla mormona

Centro de reunión sacramental.

La familia de Nowah sigue siendo un elemento fijo en la Iglesia en Togo.

Nowah fue a los Estados Unidos en busca de educación y se graduó de BYU–Hawái en 2015.

Después de graduarse, se mudó a Washington, D.C., donde ahora vive y conoció a su esposa, Stephanie. En la actualidad, ambos tienen un bebé.

Stephanie también es una miembro pionera. Ella es el primer miembro de la Iglesia en su familia.

Conoció la Iglesia a los 16 años cuando sentía mucha confusión en su vida. Una noche, cuando no sabía cuál era el siguiente paso en su vida, recordó las palabras de su madre:

“Stephanie, si alguna vez tienes algún problema, acude a Jesús”.

Entonces, Stephanie se arrodilló y oró:

“Dios si puedes oírme. Por favor, solo quiero hacer más cosas en mi vida”.

Imagen: Shutterstock

Agregó:

“Lloré en todos los lugares donde podía llorar. Mis lágrimas salían de mi alma y corrían por mi rostro”.

Luego, conocí a los misioneros y ellos me presentaros a las hermanas misioneras.

Al principio, cuando se enteró de la existencia del Libro de Mormón, comenzó a perder el interés en la Iglesia. Sin embargo, de pronto, cuando una de las misioneras le dijo:

“Si estás atravesando por algún desafío, puedes pedirle al Padre Celestial que te dé las respuestas que necesitas. Incluso, puedes preguntarle si el Libro de Mormón es real”.

Esas palabras sorprendieron mucho a Stephanie. Ella pensaba que las oraciones eran unilaterales. Entonces, se sintió muy emocionada esa noche, oró y le pidió a Dios más entendimiento. Después de esa oración, comenzó a leer el libro y sin darse cuenta ya había amanecido.

“No podía creerlo. Cada palabra profundizó en mi alma y mi corazón. Simplemente, no pude parar de leer el libro. Sentí que se caían las escamas de mis ojos”.

el libro de mormón

Fuente: Shutterstock

Desde esa noche en adelante, Stephanie supo que tenía que bautizarse.

“Recuerdo que cuando salí de esa agua, me sentí como nueva, estaba limpia.

Mi piel brillaba, mis labios estaban rosados, olía a champú.

Me sentí renovada y, verdaderamente, como si hubiera vuelto a nacer.

Esa fue la mejor decisión de mi vida, que me llevó a tomar más decisiones grandiosas.

Es tan difícil expresarlo con palabras cuando es lo más increíble que me ha pasado en toda mi vida”, dijo.

Foto: Deseret News

Nowah y Stephanie fueron presentados por amigos en común en un barrio de solteros.

Se casaron en el punto álgido de la pandemia.

Más de 5000 km separan la tierra de Togo y Boston, Massachusetts. Sin embargo, Nowah y Stephanie fueron guiados al Evangelio de Jesucristo y, luego, el uno al otro por la eternidad.

Fuente: LDS Living

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