El uso del sacerdocio es para proteger y bendecir no para oprimir ni buscar poder

misionero retornado

La semana pasada, el élder Alvin F. Meredith III, que también se desempeña como Setenta Autoridad General, inició su periodo como el decimoctavo presidente de Brigham Young University-Idaho.

Su esposa, Jennifer, después de la ceremonia que marcó el inicio de su presidencia, comentó cómo el élder Meredith estaba completamente involucrado en su familia, como cambiar los pañales de sus hijos, doblar la ropa limpia y lavar los platos porque comparten la lista de tareas del hogar.

El resultado de las investigaciones del Institute for Family Studies y el Wheatley Institute encontraron que los hombres altamente religiosos hacen más tareas domésticas.

Dudo que esto se deba a que la religión hace que estas labores sean más agradables. Por el contrario, los hombres que interiorizan mensajes de amor y servicio aprenden que pueden ayudar a sus esposas a tener una vida más gratificante.

Una Iglesia al servicio de las mujeres y niños 

padre, madre y su hija joven

Mi experiencia en la Iglesia fue todo lo opuesto a lo que decían los medios. Imagen: Canva

El año pasado, escribí sobre cómo las acusaciones de los medios de comunicación hacia la iglesia, sobre cómo oprime a las mujeres, eran todo lo opuesto a mi propia experiencia. 

Cuando me bauticé en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, encontré que mis necesidades e intereses, tanto como persona y como mujer, comenzaron a satisfacerse de maneras que no sabía que necesitaba.

Lejos de ser un obstáculo para las mujeres, la participación y el servicio de los hombres en la Iglesia están diseñados para hacer que sean más receptivos a las necesidades de las mujeres y los niños, así como poner las necesidades de los demás primero.

El padre de mi esposo falleció de cáncer cuando tenía 11 años. Poco después, uno de los líderes de su barrio lo llevó a visitar y servir a otras familias de su congregación.

De esto, mi esposo compartió:

“Ese líder me demostró su amor enseñándome cómo preocuparme por los demás. Estoy seguro de que no fue fácil, pero tuvo un gran impacto en mí”.

El verdadero poder y servicio

presidente Nelson aspirando

Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, realizando las tareas del hogar. Imagen: Instagram

El servicio del sacerdocio en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde los hombres sirven en diversas capacidades únicas, ayuda a enseñar a los hombres de todas las edades cómo cuidar de los demás.

El objetivo es hacer que los hombres se conviertan en buenos hombres y que los hombres buenos sean incluso mejores.

Como esposa y madre de cuatro hijos, es muy importante y, sin embargo, no falta la producción mediática y los comentarios quejándose del rol de los hombres en la religión tradicional.

La impresión que a menudo se transmite es que las mujeres son miembros secundarios que, debido a que no sirven en ciertas capacidades, carecen del poder necesario para servir a los intereses de las mujeres y participar de manera igualitaria con los hombres.

Con frecuencia, la suposición tiende a ser que los hombres son los principales beneficiarios de los distintos roles de liderazgo porque son exclusivamente para varones.

Esto pasa por alto la experiencia de tantas mujeres y niños que, al igual que yo, han aprendido que la felicidad y la seguridad de los mismos no pueden separarse del desarrollo moral y emocional de los hombres.

En el mundo

familia orando de rodillas

El servicio del sacerdocio está diseñado para desarrollar ciertas cualidades en los hombres. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En la tradición de los Santos de los Últimos Días, la forma en que los hombres participan en el servicio del sacerdocio está diseñada para desarrollar estas cualidades. Esto sucede de maneras que casi nunca serán noticia de primera plana.

Por supuesto, hay excepciones y demasiadas mujeres y niños han sufrido a manos de hombres que no cumplieron con sus responsabilidades o, peor aún, los utilizaron para encubrir su traición.

Sin embargo, habiendo crecido fuera de la Iglesia, he visto de primera mano que la mayoría de los daños perpetrados contra las mujeres y los niños ocurren donde la influencia institucional, especialmente sobre los hombres, es más débil.

padre e hijo

Las madres solteras y sus hijos tienen un mayor riesgo de abuso de sustancias, violencia y muerte. Imagen: Canva

Casi una cuarta parte de los niños en Estados Unidos crecen en familias monoparentales y más del 80% de los padres solteros son mujeres.

La tasa de pobreza para estas familias es casi cinco veces más alta que la de las familias de parejas casadas, con mujeres y niños representando el 70% de las personas con bajos recursos en esta nación.

Estas mujeres y niños también tienen un mayor riesgo de abuso de sustancias, violencia y muerte. Experimentan una movilidad económica mucho menor y tienen muchas más probabilidades de experimentar la pobreza intergeneracional, enfermedades mentales y encarcelamiento.

En casi todos los indicadores de prosperidad y seguridad, las probabilidades están en contra de estas familias.

Una influencia para bien

padre e hijo

Utah tiene la tasa de pobreza infantil más baja de la nación y la segunda más baja para las mujeres. Imagen: Canva

El estado de Utah, en comparación, donde la religión es predominante, tiene la tasa de pobreza infantil más baja de la nación y la segunda más baja para las mujeres.

Según Gallup, Utah se encuentra consistentemente entre los 10 primeros estados en lo que respecta a bienestar, que analiza la satisfacción laboral, la conexión social y la salud. Las familias generan estabilidad y capital social para las mujeres y los niños de Utah.

Algunos sugieren que el énfasis religioso en el matrimonio y la familia carga indebidamente a las mujeres, pero mi experiencia me demuestra lo contrario. Las responsabilidades del matrimonio y los hijos me han dado estabilidad y propósito, y han agregado significado a mis metas.

niño triste

Las responsabilidades del sacerdocio están dirigidas a formar hombres que puedan proteger a las mujeres y los niños de todo el mundo. Imagen: Canva

No se puede negar los datos; el porcentaje más alto de personas que informan que son “más felices”, según la encuesta más respetada de actitudes sociales estadounidense, son las madres casadas.

En otras palabras, las narrativas culturales que insisten en que el matrimonio y la vida familiar son obstáculos inevitables para la autorrealización de una mujer no solo están desfasadas, sino también equivocadas.

Una parte importante se debe a la formación que reciben los hombres para ser buenos esposos y padres que participan de su familia, asumen responsabilidades y sirven a los demás.

Lo cierto es que las responsabilidades específicas del sacerdocio en la Iglesia están dirigidas a formar hombres que sean bondadosos, responsables, desinteresados y comprometidos a fin de proteger a las mujeres y los niños de todo el mundo.

Hijos e hijas de Dios

amigos

La religión reduce significativamente el riesgo de abuso doméstico, especialmente en las poblaciones más vulnerables. Imagen: Canva

La idea de que hombres y mujeres pueden alcanzar su máximo potencial espiritual y emocional a través de roles y responsabilidades exactamente iguales asume que los hombres y las mujeres no tienen necesidades de desarrollo únicas.

Esta es una suposición que, como mujer, rechazo. Desde mi punto de vista, esto también es como una creencia que solo puede existir coherentemente entre aquellos que no se han sometido a los peligros particulares que los hombres pueden presentar cuando se alejan de la Iglesia y la moralidad.

El 80% de los casos de violencia y abusos sexuales se cometen por hombres. A pesar de los estereotipos a veces retratados sobre los hombres de alguna denominación religiosa, la religión, medida a través de la asistencia a la Iglesia, reduce significativamente el riesgo de abuso doméstico, especialmente en las poblaciones más vulnerables.

Según un estudio de 2007 publicado en la revista Violence Against Women, “los hombres que asisten a servicios religiosos varias veces a la semana tienen un 72% menos de probabilidad de abusar de sus parejas que los hombres que no asisten a un servicio [de adoración]”.

Jesús abraza a una mujer

Jesucristo conoce nuestras penas y tristezas. Créditos: Alyssa Ence

La participación en la Iglesia no solo reduce dicho peligro, sino que también mejora las relaciones de pareja.

Los estudios han encontrado que las parejas altamente religiosas (basándose en la lectura de las Escrituras, la oración y la asistencia conjunta a los servicios de adoración), tienden a tener mejores resultados en su relación, incluida la intimidad.

Los fallos institucionales en la protección de las mujeres y los niños están siendo objeto de un escrutinio cada vez mayor, y eso representa algo bueno. Sin embargo, si la conclusión es que la situación de las mujeres o los niños es peor dentro de la religión que fuera de ella, entonces la cobertura mediática de estos eventos probablemente está haciendo más daño que bien.

Si estas narrativas sensacionalistas y desfasadas se adoptan sin escrutinio, es probable que expongan a las mujeres y los niños a un riesgo significativamente mayor.

Fuente: Deseret News

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