Vulnerabilidad, cómo nos hace fuertes

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¿Alguna vez pensaste que el Padre Celestial y Jesucristo eran vulnerables? A menudo, cuando pensamos en nuestros parientes celestiales, hablamos acerca de su poder sobre la muerte, el pecado y otras enfermedades que nos aquejan en nuestra existencia mortal.

La palabra “vulnerabilidad” significa ser susceptible al dolor físico o mental. Si bien vemos a nuestro Padre Celestial como un ser muy poderoso, porque lo es, Él también sufre. ¿Cómo nuestro Padre, un ser tan poderoso, es susceptible al dolor?

Dios, un ejemplo de vulnerabilidad

la iglesia de Jesucristo

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En pocas palabras, la vulnerabilidad de Dios está en Su amor por nosotros. Su amor, y el hecho de que también nosotros debemos amar, se resume en 1 Juan 4:8.

“El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor”.

La experiencia más dolorosa para Él y Cristo fue la Expiación.  A pesar de que sabían que era por un gran propósito, la Expiación fue causa de un gran sufrimiento. El amor de Cristo por nosotros fue la razón por la que Él estaba dispuesto a ser susceptible al sufrimiento. En Efesios 2, se explica lo siguiente:

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”.

Las heridas no son un símbolo de debilidad. Debido a que Cristo fue herido y murió en la cruz, pudo vencer la muerte para siempre en nombre de todos. Así que, aunque Su amor los redujo, su amor también les dio el poder sobre todos los enemigos.

Nosotros también podemos ser fuertes a través de la vulnerabilidad

¿Alguna vez amaste a alguien? Hay una cita maravillosa del libro de C.S. Lewis, “Los cuatro amores”.

“Amar, de cualquier manera, es ser vulnerable. Basta con que amemos algo para que nuestro corazón, con seguridad, se retuerza y, posiblemente, se rompa. Si uno quiere estar seguro de mantenerlo intacto, no debe dar su corazón a nadie, ni siquiera a un animal”.

¡Es difícil preocuparte por alguien o algo! Colocamos una parte de nosotros mismos en personas o seres vivos que nos importan. Por ejemplo, cuando tienes una mascota, le das tu tiempo, tu dinero y tu esfuerzo. Deseas su felicidad y te relacionas activamente con ellos para ver que se cumpla la felicidad.

Nuestro Padre Celestial colocó en nosotros una parte de Él, literalmente, proporcionándonos la influencia de Su Espíritu Santo. Él creó este mundo. ¡Él se preocupa mucho y está comprometido con los resultados de nuestro viaje mortal aquí en la Tierra!

La seguridad no siempre es fortaleza

Puedes construir tu amor por la vida, los demás y las actividades. Al preocuparte por los demás y las cosas, te volverás más fuerte de lo que serías al seguir siendo apático.

En “Los cuatro amores”, C.S. Lewis afirma lo siguiente acerca de cómo el amor es una parte integral del progreso en la vida y cómo descuidar el amor por los demás conlleva a detener el progreso”.

“Guardar [tu corazón] a buen recaudo bajo llave en el cofre o en el ataúd de nuestro egoísmo. Pero en ese cofre -seguro, oscuro, inmóvil, sin aire- cambiará, no se romperá, se volverá irrompible, impenetrable, irredimible. La alternativa de la tragedia, o al menos del riesgo de la tragedia, es la condenación. El único sitio, aparte del Cielo, donde se puede estar perfectamente a salvo de todos los peligros y perturbaciones del amor es el Infierno”.

Dios nos muestra el camino en todas las cosas. Sin amor, es imposible progresar para llegar a ser como Él. Esto se debe a que, sin amor, no habría Dios en primer lugar. No podemos esperar ser perfectos como nuestro Padre Celestial sin también aprender a amar de manera más perfecta.

¿En qué oportunidades tu voluntad de preocuparte por los demás y por ti mismo te ha hecho sentir fuerte?

Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Rachael Bundy y fue publicado en thridhour.org con el título “Vulnerability, How It Makes Us Powerful”.

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